jueves, 8 de junio de 2023

CINE Y LITERATURA (2)

 

Colin Firth y Jude Law en una escena de "El editor de libros"


Hoy he venido aquí a hablar de mi libro... Nah, es broma. Aunque, bien mirado, igual sí que debería escribir un nuevo post hablando de mi libro. No me pasé cinco largos años dándole forma, escribiendo y corrigiendo como un loco desquiciado para ver, impasible, cómo las ventas hasta el momento apenas cubren el coste del par de bolis Bic que usé durante su redacción y sucesivas correcciones.

Pero no es de mi libro de lo que quiero hablar en este nuevo post, sino de una nueva entrega de esa especial conexión que une el cine y la literatura. En esta ocasión las películas elegidas son El editor de libros y Factotum.

Empezamos pues.


El editor de libros (2016)

Lo primero que destacaría es el magnífico reparto que compone esta película, que incluye a actores tan solventes como Colin Firth, Jude Law, Nicole Kidman o Guy Pearce. Dicho esto, la película narra la intensa y estrecha relación que unió al escritor Thomas Wolfe con Max Perkins, uno de los editores más importantes y decisivos de su tiempo, que lanzó las carreras de escritores tan exitosos y admirados como F. Scott Fitzgerald o Ernest Hemingway.

Perkins, magníficamente interpretado por Colin Firth, se caracterizaba por apostar de manera decidida y apasionada por aquellos escritores a los que consideraba talentosos. A lo largo de la cinta seremos testigos de la estrecha relación que acabó manteniendo con su protegido, un joven y apasionado Thomas Wolfe, interpretado por Jude Law, quien, tras sufrir el rechazo sistemático a su obra por parte de toda suerte de editores y editoriales, logra dar al fin con el editor ideal en la figura de Perkins, quien no sólo ve en el manuscrito de El ángel que nos mira un texto excepcional, sino que, yendo más allá, logra ver en Wolfe a un escritor soberbio.


 La relación que mantienen ambos, escritor y editor, logra traspasar el terreno de lo profesional y adentrarse en el terreno personal, lo que hace que
Perkins llegue a integrar a Wolfe en su vida familiar. Sin embargo, el carácter volcánico y apasionado de Wolfe no le pone las cosas fáciles a su editor, por lo que la relación que ambos mantienen atraviesa diversos tiras y aflojas a lo largo de la película, llegando a momentos de auténtico desencuentro.

Como dato personal admito mi total admiración por Colin Firth, al que considero uno de los mejores actores de su generación. Ni sé la de películas suyas que habré visto, y en todas ellas he sentido que humaniza a los personajes que interpreta. Es de esos actores que logran ejercer un magnetismo hipnótico en el espectador —al menos conmigo lo consigue—, lo que hace que mantengas tus ojos fijos en la pantalla por el tiempo que él aparece en ella. Como dato adicional resaltar que, además de buen actor, en lo personal es un tipo amable y cercano, tal y como señaló Toni García en su libro Mata a tus ídolos, libro ameno y entretenido que he leído ya dos veces y en el que su autor narra su experiencia personal con actores, directores y personalidades varias del mundo del cine y la música, y donde no deja en muy buen lugar a divos insoportables y egocéntricos como Lenny Kravitz o Ben Kingsley, este último empeñado de manera ridícula y grosera en que lo traten de “sir” a la hora de dirigirse a su augusta persona (menudo imbécil).

Jude Law también está magnífico en su papel de histriónico y apasionado escritor consumido por su propio talento. Habrá quien lo considere excesivo, pero a mí logró transmitirme la sensación de que los genios se conducen por la vida con un código moral y ético diferente al común de los mortales. Algo parecido aportaba Woody Allen en su magnífica Balas sobre Broadway, cuando ponía en boca de uno de sus personajes, un escritor más bien mezquino y egocéntrico, que “los genios tenemos nuestro propio código moral”, justificando, de paso, el hecho de acostarse con la mujer de su mejor amigo.

En conclusión, considero El editor de libros una muy buena película, ideal para adentrar al espectador en los entresijos del mundo editorial y de la creación literaria, entender la labor de un buen editor a la hora de pulir las aristas de ciertos manuscritos sin resultar invasivo o excesivamente intervencionista, y ver cómo se interrelacionan personas que son como las dos caras de una misma moneda unidas en un frente común: llevar el fruto del artista a lo más alto del éxito.

Factótum (2005)

Basada en el libro autobiográfico del mismo título escrito y publicado por Charles Bukowski en 1975, Factotum está protagonizada por Matt Dillon, Marisa Tomei, Lili Taylor y Fisher Stevens, entre otros.

Escrita tras Cartero, Factotum es la segunda novela de Bukowski. En ella, al igual que en la primera, Bukowski narra sus fallidos intentos de ganarse la vida como escritor, enviando cientos de cuentos y poemas a revistas literarias de todo el país con la esperanza de ver publicada alguna de sus creaciones literarias. Entre medias, da perfecta cuenta de sus largas noches de borrachera y sexo desenfrenado, de los cientos de oficios aburridos y mal pagados que se ve obligado a aceptar para poder pagar el alquiler y mantenerse, y de sus febriles y adictivas jornadas en el hipódromo, haciendo toda clase de apuestas que le permitan ganarse un dinero extra con el que seguir financiando sus adicciones.

Matt Dillon haciendo de Bukowski en "Factotum"

 

La película es bastante fiel al libro, pues lleva a imágenes en movimiento hechos y situaciones que Bukowski narra con la precisión de cirujano entre las páginas de su novela. Sin embargo, yo siempre he tenido un pequeño problema con esta película, y es que, desde la primera vez que la vi, sentí que Matt Dillon no era el actor más adecuado para interpretar a un joven y desquiciado Bukowski. Para ese papel yo siempre pensé en alguien como Billy Bob Thorton, a quien había visto unos años antes en la película Bad Santa, donde interpretaba de manera magistral a un borrachuzo y pendenciero buscavidas que trabaja de Santa Claus en Centros Comerciales y Grandes Almacenes en los periodos navideños, al tiempo que planea y ejecuta pequeños robos en los mismos comercios donde trabaja. Thorton borda el papel, y desde entonces lo vi como una encarnación perfecta de Bukowski en la gran pantalla.

Con todo, Dillon no lo hace mal del todo. De hecho, una vez te acostumbras a su presencia y conforme la película va avanzando, consigues dejar atrás esa reticencia inicial y meterte de lleno en la trama y los curiosos personajes que transitan por ella.

Bukowski aprovechaba cualquier momento del día para escribir. Está claro que hacía honor a esa famosa frase que reza: "Un escritor lo es las veinticuatro horas del día".

 

Tanto si has leído a Bukowski como si no, considero esta película una buena manera de adentrarte en el particular universo de un autor que, con su particular estilo, logró seducir a una legión de lectores cada vez más numerosa en todo el mundo, y que llega hasta nuestros días, pues sus libros no dejan de reeditarse y su figura de reivindicarse, lo cual no deja de ser irónico, ya que el propio Bukowski dejó escrito en su lápida la lacónica sentencia “no lo intentes”. Desde luego, genio y figura hasta la sepultura.




4 comentarios:

  1. Ojalá nos hubiéramos cruzado en nuestra aventura escritora con un señor Perkins, je, je.
    No he visto ninguna de las dos películas, pero intentaré corregir esta omisión. Colin Firth es también uno de mis actores favoritos, versátil como pocos, pues igual interpreta un papel dramático que cómico. Qué distintos registros fueron los de El discurso del rey y El diario de Britget Jones, por ejemplo.
    En cuanto a Factotum, no sé si primero debería leer la novela, pues suele suceder que durante la lectura uno se imagina el aspecto del protagonista, que luego no suele coincidir con el del actor de la versión cinematográfica, como te ha pasado a ti.
    Un abrazo.

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    1. Saludos, Josep.
      No creas que no pensé exactamente lo mismo que tú mientras visionaba esta magnífica película. Ojalá se hubiese cruzado en mi vida un editor tan decidido y apasionado como Perkins. Tener al lado a alguien con sus conocimientos, su visión comercial y su prestigio supondría un acicate extra para alguien como nosotros, que nos cuesta un mundo prodigarnos en redes y promocionar nuestro trabajo (al menos en mi caso es así).
      Me alegro que compartas mi opinión de Colin Firth como actor. Coincido contigo en que es de lo más versátil, ya sea haciendo comedia, drama o papeles de corte histórico. Incluso trabajó con Woody Allen en su estupenda "Magia a la luz de la luna".
      "Factotum", la película, es bastante fiel al libro, aunque, como muy bien apuntas, cuando uno lee algo su imaginación "construye" en su mente la historia, los escenarios, los personajes y las situaciones que se describen con palabras. De ahí que ni siquiera a los escritores les acaben gustando las adaptaciones al cine o a la televisión que se hacen de sus obras. En cualquier caso, considero que ver la peli te podría acercar al modo de narrar y a la temática que suele abordar Bukowski en sus libros. Si consigue seducirte, luego podrás abordar sus libros con algo más de confianza.

      Un abrazo, Josep.

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  2. Pues ya somos tres porque a mí Colin Firth también me parece uno de los mejores actores del momento actual. he visto dos veces El editor de libros y es una película que me encanta. La segunda vez la vi a raíz de una novela que leí y la reseña que hice, pero no consigo recordar qué novela fue. Qué desastre de memoria la mía...
    Factotum no la he visto, pero tomo nota de ella. Aunque Bukowski no me entusiasma (leí hace tiempo Mujeres y no he vuelto a repetir), su vida sí que me resulta interesante.
    Un beso.

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    1. Pues nada, quedas admitida en el Club de Admiradores de Colin Firth. De momento, sólo somos tres miembros, pero la cosa promete. Intuyo que por ahí fuera debe haber más admiradores y admiradoras del trabajo y el talento de este magnífico actor.
      Al igual que a ti, "El editor de libros" me resultó una experiencia maravillosa. De ella me gustó todo: el reparto, el guion, las interpretaciones, la fotografía, la ambientación. Y logré empatizar tanto con los dos protagonistas (Firth y Law) que conseguí entender las motivaciones de cada uno. Firth está inmenso, por cierto, y Law está a la altura. Decididamente, es una película que pienso ver más veces.
      "Factotum" es muy autobiográfica, por lo que, si la ves, te podrás hacer una idea del estilo de vida y la forma de pensar y actuar de Bukowski.

      Un beso, Rosa.

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