¿Pedro?
Eh, Pedro. ¿Estás ahí?
¡¡¡Pedrooooooooooooooooo!!!
Mierda, parezco Penélope
Cruz llamando a gritos a Almodóvar en aquella gala de los Oscar de
infausto recuerdo. ¡Qué ridículo más grande, por Dios! Menuda
histérica. Y Pe.
Eh, Pedro. Ahora en serio.
¿Dónde demonios estás, tío? A ver si iba en serio aquello que
dijiste de dejarme tirado y montar otro blog.
Cabronazo. No lo has hecho,
¿verdad?
Sé que en ocasiones me he
comportado como un capullo contigo; frío, distante, y tal vez, sólo
tal vez, excesivamente sarcástico.
Pero lo he hecho por tu
bien.
Créeme, es cierto. En
ocasiones los escritores corréis el riesgo de caer en la
autocomplacencia, y eso puede ser un problema ya que os aleja de la
realidad. Por eso necesitáis a gente...bueno, quien dice gente dice
blogs, como nosotros, dispuestos a deciros las verdades a la cara,
aquello que nadie más se atreve por temor a heriros o ser víctimas
de vuestra ira.
Por eso deberías estarme
agradecido. Al mostrarme duro contigo has evitado caer en la
relajación, y te he empujado a seguir esforzándote por sacar lo
mejor de ti en cada proyecto que has emprendido.
Y hablando de proyectos, sé
que estás muy metido en la redacción de tu primera novela. ¿Cómo
va?
Imagino que estarás muy
liado. Te conozco, y sé de tu obsesión cuando decides embarcarte en
un proyecto.
Aún recuerdo los casi ocho
meses que te tiraste para escribir tu primer libro de relatos. Y eso
que la mayor parte de ellos ya estaban escritos desde mucho antes; la
mayoría incluso ya los habías publicado en el blog, o sea, en mí.
Pero eso no fue suficiente
para hacer un corta y pega, no. Tú querías mejorar cada pieza,
pulirla hasta darle nuevo lustre. Por eso reescribiste hasta la
extenuación, añadiste nuevas líneas y eliminaste otras. Habías
mejorado como escritor en el año y pico que llevabas publicando en
el blog y querías que esa mejora quedase reflejada en el producto
final.
Me gusta. Me gusta que seas
así de perfeccionista. Eso demuestra tu pasión por el oficio, y el
respeto que le tienes a tus lectores.
Por eso entiendo que lleves
meses trabajando a destajo en este nuevo proyecto, cuidando hasta el
mínimo detalle, y que no vas a publicarla hasta que no estés 100%
satisfecho con el resultado.
En fin, te dejo que sigas
trabajando en ella.
Pero oye, una cosita: no te
olvides de nosotros, ¿vale?
Un abrazo, tío.
Ya me tenía mosca ese Pedro, con su mutismo. Incluso llegué a pensar que se había retirado a una isla desierta para meditar. Veo que no es así y que está trabajando en una nueva novela. De hecho, ahora recuerdo habérselo oído (o leído, ya no me acuerdo) comentar. Es que uno ya va haciéndose viejo y la memoria empieza a fallar.
ResponderEliminarPues bien, dale recuerdos de mi parte y dale ánimos, pero que no se olvide de nosotros.
Aquí estaremos.
Saludos.
Saludos, Josep.
EliminarNo ibas mal desencaminado en tus deducciones. Es cierto que me he retirado a una isla desierta: la de la imaginación. Y, dependiendo del día, a veces es un páramo, habida cuenta de lo difícil que resulta sacar algo en claro de ella. Aún así, está siendo una aventura de lo más excitante, repleta de momentos de lo más enriquecedores. Poner sobre papel una historia que llevas rumiando en tu cabeza meses e incluso años enteros es toda una aventura. Confío en salir airoso del envite, ya que tengo otros proyectos aguardando pacientemente su turno para salir a la luz.
Saludos, Josep. Un abrazo.
Saludos y saludes, Julio David
ResponderEliminar¿Sabes lo bueno de ser ateo? Pues que no reconoces la supuesta divinidad de "personajes" como los que citas. Y sí, puede que un día de estos acaben pulsando un botoncito rojo y nos manden a todos a freír espárragos (aunque creo que la radiación de sus inventos ya se encargará de eso), pero lo que no conseguirán jamás (al menos en mi caso) es quitarme las ganas de tomarme a coña este mundo de locos en el que vivimos.
Un abrazo, Julio David. : )
Querido blog de Pedro Fabelo,
ResponderEliminarLe escribo para tirarle de las orejas, bueno qué decir, me parece un tipo de lo más quisquilloso, déjelo respirar un poquito, ¿no cree? No ha pensado que con tanta tirantez nuestro Pedrooooo, (Ay dios, que también soy Pe) se estará alejando de usted, ;) Valore mi propuesta y ya que está, déle mucho ánimo por este nuevo proyecto.
Un abrazo.
Querida Irene (permíteme el atrevimiento. Y, por favor, no se lo digas a Pedro. Si se entera que ando intimando con sus lectoras es capaz de borrarme de la faz de Internet. Así que, por favor, que esto quede entre nosotros, ¿vale?).
EliminarAcepto con gusto su tirón de orejas. Me lo merezco. Sé que en ocasiones no he sido justo con Pedro. Es más, considero que hasta he sido un incordio, cuando él siempre me ha tratado con cariño y respeto. ¿Sabes, Irene? Soy el primero que debería estarle agradecido, ya que de no haber sido por él yo no estaría aquí, en este maravilloso mundo de bytes y códigos binarios. Él me dio la vida y a él le debo mi existencia.
¡Por Steve Jobs, debería besar el suelo donde él pisa! ¿Qué he hecho, Jobs mío? ¿Qué he hecho? Ya sé lo que debo hacer, debo recuperarle para la causa. Prometo apoyarle y ayudarle a conseguir sus propósitos. Se lo merece. Nos lo merecemos. Gracias, Irene; gracias por haberme abierto los ojos (figuradamente, claro). ¡Cuánta razón tiene Pedro al mostrar tanto respeto por todos ustedes, sus lectores!
Un abrazo, querida Irene. (Y ya sabes: de esto, chitón. Que quede entre tú y yo). ; )
Hola Pedro
ResponderEliminarNo podrás quejarte! Con un blog cómo el tuyo yo también podría!
Esperando tu novela. Saludos
Hola, Paola.
EliminarOye, pues cuando quieras hacemos un intercambio de blogs. Algo me dice que los tuyos son mucho más pacíficos y razonables que el mío. ; )
La novela espero tenerla lista antes de terminar el año. Será mi debut en el terreno de la novela y quiero asegurarme de que cumpla mis expectativas. Gracias por tu interés, Paola.
Un saludo. : )
Parece preocupadillo el muchacho, pero, en fin, según leo, también le encuentro más maduro.
ResponderEliminarSaludos, quedamos a la espera.
Saludos, Don José. ; ) Al habla el blog de Pedro:
EliminarPues sí. Lo estoy. Estoy preocupado por mi propietario. Me crea usted o no, con el paso de los años he aprendido a cogerle aprecio a este testarudo muchacho (bueno, quien dice muchacho dice joven. Puretilla, más bien. Es que, ya sabe usted que en este inicio de siglo las fronteras de la edad cada día están más difusas. Fíjese usted que hay quien asegura que los sesenta de ahora son los nuevos cuarenta. ¡Dónde vamos a parar!).
En fin, a lo que iba. Que sí, que estoy preocupado por la ausencia prolongada de este hombre. Confío en que no tarde mucho en pronunciarse. Le echo de menos. Y no creo ser el único.
En cualquier caso, le agradezco su comentario. Me consta que mi propietario le tiene en alta estima.
Buenas tardes, Don José. : )
Esas desaparición de Pedro unico propietario del blog me preocupa. Pero es que usted no sabe que cuando un escritor escribe una novela se centra solo en la novela y no para de escribir hasta terminarla- Pues ya lo sabe jajajjaja. Yo comencé la mía allá por el 1996 y la terminé en 2016-17 Muchos años son, pero el fin la terminé. Ahora hasta publicarla en Amazon a saber cuantos años más tardaré. Si te cuento en qué me atasque no te lo puedes creer. Un abrazo.
ResponderEliminarVeinte años son muchos años, aunque el tango diga lo contrario. Escribir una novela es bastante complicado, y si encima le añades el hecho de ser un perfeccionista nato, pues apaga y vámonos. En cuanto a tu novela, confía en tu hijo. No creo que le lleve otros veinte años publicarla. ; )
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