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Bonito collage obra de Ana Palacios. "Gracias, Ana", Fdo. El maestro.. |
Como bien dice ella misma en
su escrito —que ampliaré más adelante—, Ana y yo nos conocimos
a través del blog de un escritor que ambos solemos visitar con
cierta asiduidad. En uno de los post de aquel blog, ambos dejamos
sendos comentarios. Curiosamente, aquel post versaba sobre «ser un
escritor fracasado». ¿Una indirecta, quizás, de mi viejo amigo el cosmos? Uhm. ; )
Entonces no nos conocíamos
de nada, pero algo debió ver ella en mi comentario que, por lo que
fuese, hizo que me siguiese la pista y acabase entrando en mi blog.
Según me hizo saber a
través del primer comentario que me dejó, lo primero que leyó mío
le gustó, lo que provocó que las visitas se fuesen
sucediendo a lo largo de las siguientes semanas.
En justa correspondencia yo
también visité su blog, leí una de sus piezas, me gustó lo que
leí y le dejé un comentario. Aquel sencillo gesto mío fue recibido
con una inmensa alegría por Ana, ya que, como ella misma me confesó,
llevaba poco tiempo en el mundo de los blogs, apenas conocía a
nadie, y de las pocas visitas que recibía celebraba con agradecido
júbilo cualquier comentario que le dejasen, por muy breve que fuese.
Le confesé que yo conocía
muy bien esa sensación, pues yo mismo lo viví en primera persona en
mis comienzos. Le conté que en mis inicios apenas recibía tres o
cuatro visitas cada vez que publicaba algo, y que los escasos
comentarios que me dejaban eran celebrados por mí como gotas de agua
en el desierto.
Con el paso de los días, y
de manera muy natural, comenzamos a intercambiarnos correos. En esos
correos ella se refería a mí como ¡Pedrooooooo!, y yo, siguiendo
la broma, me refería a ella como ¡Vilmaaaaaaa! (benditos dibujos
animados de Hanna-Barbera). Teniendo en cuenta los gritos que nos
damos cada vez que nos escribimos, aún no sé cómo es que no nos
hemos quedado sordos ninguno de los dos. Ni afónicos. Milagros de la
naturaleza humana, supongo.
Al poco de conocernos, Ana
me trasladó su intención de hacerse con mis libros. Yo la invité a
que, antes de hacerlo, se leyese los adelantos gratuitos que tengo
disponibles en mi blog —en el apartado MIS LIBROS— , ya que, al
no conocerme aún ni conocer mi estilo, temía que las piezas
contenidas en los mismos no fuesen acordes a sus gustos literarios.
Ella, como gran dama que es, agradeció el gesto, e insistió en
adquirir mis libros, a pesar de no estar familiarizada con mi forma
de ver y entender el mundo y lo que en él sucede.
Una vez adquiridos mis
libros, y siendo ella bloguera, le pedí a Ana, como hago siempre que
un lector dispone de su propio blog, que una vez leídos me hiciese
llegar una valoración o crítica, además de una foto, con vistas a
hacerle el correspondiente post de agradecimiento con enlaces a su
blog.
Ana aceptó encantada el
reto, y, a pesar de que algunos de los cuentos incluidos en los
libros no logró cumplir sus expectativas —si algo hemos de tener
siempre muy presente como autores es que no vamos a gustar a todo el
mundo, ni que todo lo que escribimos va a ser recibido de la misma
manera—, mi querida Ana me hizo llegar esta emotiva carta que, con
su permiso, reproduzco a continuación:
Amigo,
Pedro.
Te
conocí a través del blog de otra persona. Tu comentario me debió
de gustar, porque sin saber la razón hice clic en tu nombre y me
colé en tu “casa”.
Nada
más entrar leí “El síndrome de sobreexposición a la
realidad” y me gustó tanto que te dejé un comentario. No
tardé en recibir respuesta, como era de esperar de un caballero como
tú, aunque yo aún no lo sabía.
Tanto
me gustó el síndrome de sobreexposición que decidí plagiarte. No
lo conseguí, pero lo intenté ¡lo confieso! y hasta publiqué el
plagio, eso sí, con tu autorización.
Desde
entonces yo me dirijo a ti como Pedroooooooooooooo y tú me respondes
como Vilmaaaaaaaaaaaaaaa! Y así comenzó nuestra “relación”.
Según
dices, eres un hombre de talla grande. No te conozco, pero puedo
decir que si el cuerpo lo tienes grande, el corazón lo tienes
inmenso.
Me
fuiste guiando hacia las comunidades de G+, cuando acababa de
aterrizar en las redes y andaba más perdida que en un desierto sin
brújula, y hasta me enseñaste cómo conseguir hacer los guiones
largos en los diálogos. Puede parecer una tontería, pero a mí
estos gestos de generosidad me llegan directos al corazón.
Bueno,
de ti como escritor no puedo opinar porque sería como si un párvulo
pretendiera valorar a un maestro. No resultaría políticamente
correcto. Disculpadme por nombrar la política en estos momentos, ya
lo dejo. Ja.
Desde
el primer relato que leí, ya vi que eras todo un seductor, porque
empecé a leer y no podía parar. Tienes un humor típico de los
seres dotados de inteligencia, no un humor macarra ni facilón, es...
¡es un humor que me encanta!
He
tardado en hacer la valoración porque considero que no estoy
preparada; he visto y leído algunas magníficas de tus lectores.
Pero bueno, dicen que “de todo ha de haber en la viña del señor”,
y un acto de humildad tampoco viene mal.
Pedro,
junto a estas humildes líneas te envío dos composiciones de fotos.
Sé que eres un maestro también en estas cosas y yo una aprendiz que
acaba de empezar. Pero he hecho lo que he podido, con mucho cariño e
ilusión, y estoy segura que valorarás más la buena intención que
los resultados.
Gracias
por estar ahí.
Un
abrazote,
Ana/Vilma
Lo confieso, que alguien
hable de mí con tanto cariño y afecto hace que me enternezca casi
tanto como una rebanada de pan Bimbo (¡toma publicidad encubierta!).
Buscando por Internet frases
relativas a la amistad, encontré estas dos:
«Un amigo es la persona
que nos muestra el rumbo y recorre con nosotros una parte del camino»
«La amistad duplica las
alegrías y divide las angustias por la mitad»
No quisiera cerrar este post
sin recordaros que a Ana Palacios la podéis encontrar en su blog
CUENTA CONMIGO. Os aseguro que, si decidís hacerle una
visita, os lo va a agradecer un montón. Y si además le dejáis un
comentario, os digo desde ya que la vais a hacer muy feliz.
Ana es una buena anfitriona;
amable, cariñosa y cercana. Posee una educación exquisita, escribe
con gusto y en sus letras demuestra una manifiesta preocupación por
temas de calado social. Ama a los animales, de los que dice que los
seres humanos nos preocupamos menos de lo que debiéramos. También
ha escrito dos libros: Más allá de las palabras y Las
vivencias de Sol y Luna (dos gatos adoptados).
Su dirección web es esta:
No hace falta que le digáis
que vais de mi parte, ya que Ana os va a atender igual de bien vayáis
de parte de quien vayáis. Porque Ana es, ante todo, una gran dama.
Me considero afortunado de poder contarla entre mis lectoras y
amigas.
Gracias, Ana.
¡Vilmaaaaaaaaaa!
¡¡¡Yabadabadouuuuuuu!!!
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Os presento formalmente a Sol y Luna. Ambas son las protagonistas de uno de los dos libros escritos por Ana Palacios. |