Saludos.
Supongo que muchos de los que os soléis pasar por aquí regularmente os estaréis haciendo la misma pregunta: «¿En qué andas metido, tío?».
Supongo que muchos de los que os soléis pasar por aquí regularmente os estaréis haciendo la misma pregunta: «¿En qué andas metido, tío?».
Os lo diré.
Como ya avancé en alguno de los últimos posts que publiqué el año pasado (2017), a finales de diciembre me hallaba metido en la corrección de la que iba a ser la primera de mis novelas en publicar.
Como ya avancé en alguno de los últimos posts que publiqué el año pasado (2017), a finales de diciembre me hallaba metido en la corrección de la que iba a ser la primera de mis novelas en publicar.
Acabada su redacción —al
fin—, decidí dejarla reposar un tiempo. Es mi procedimiento
habitual. Una vez escribo algo, en este caso una novela, necesito distanciarme de ello lo más
posible, hasta casi olvidar por completo lo que escribí. De este
modo me aseguro volver a ella con la mente fresca y abierta a la caza y captura de errores ortográficos, redundancias o fallos en la sintaxis.
La cosa está en que en el
intervalo decidí aprovechar el tiempo y empecé a trabajar en la redacción definitiva del tercer volumen de la trilogía
Absurdamente.
Hasta entonces disponía de una pequeña selección de doce relatos —entre piezas publicadas
previamente en el blog y algunas otras inéditas en las que llevo tiempo trabajando—, pero desde hace dos semanas ando metido a fondo en la selección definitiva y corrección de
los relatos.
Debo señalar que los textos
previamente publicados en el blog han sufrido sustanciosas variaciones con respecto a la versión
original. En algunos casos se le han añadido varias páginas, diálogos y personajes nuevos.
He de decir que estoy
disfrutando muchísimo el proceso. Al releer algunas de las piezas de
más antigüedad —algunas se remontan a mis inicios en el blog, a
mediados de 2014—, me estoy sorprendiendo a mí mismo. Habiendo pasado
tanto tiempo desde su gestación apenas recordaba nada de lo que
escribí entonces. Eso hace que esté afrontando la lectura de esos
textos más como lector que como autor, por lo que el placer está siendo
doble.
Fiel a mi estilo, estoy
cuidando especialmente el orden de las piezas, ya que considero
fundamental seguir un orden específico —a base de ensayo y error— que permita que la lectura de mis
libros sea una experiencia lo más placentera posible. Soy bastante
puntilloso en este punto, hasta el extremo de haber cambiado varias veces el orden a medida que voy añadiendo o quitando textos al proyecto.
Habrá microrrelatos, como
en los volúmenes precedentes. Todos ellos han sido especialmente escritos para el libro, por lo que nunca serán publicados en el blog. También he priorizado los textos más largos y, por supuesto,
los que considero más logrados y divertidos. Y para rematar, una sorpresa en la que llevo bastante tiempo trabajando y que espero que sea la guinda al pastel.
En fin, que en eso estoy
metido últimamente.
Pues nada, sólo quería
deciros eso. Vuelvo al tajo, que aún hay mucho que pulir y reescribir.
Por cierto, feliz año nuevo
y todo eso (más vale tarde que nunca, ¿no?).
Un abrazo a todos y a todas,
y gracias por seguir ahí. (Ya va para cuatro años...¿podéis creerlo?)