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Foto del escritor Enrique Jardiel Poncela
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Alentado
por mi amiga y colega Oana Frumuzache,
escritora con varios libros publicados, he vuelto a retomar mi
actividad como usuario de Goodreads.
Para
quien no conozca o no esté familiarizado con Goodreads,
decir que se trata de una plataforma de acceso y registro gratuito
donde lectores de todo el mundo valoran y reseñan libros que han
leído, ponen en conocimiento de sus seguidores los libros que están
leyendo o los que forman parte de su lista de “pendientes”,
sirviendo de guía o sugerencia a otros lectores interesados en esos
mismos libros o autores.
Yo
me abrí una cuenta hace algunos años, siguiendo la recomendación
de otra buena amiga, Elena Álvarez,
editora, autora teatral, escritora y bloguera, con la que estuve a
punto de llevar a los escenarios de Madrid una pequeña selección de
algunos de mis textos adaptados a formato teatral. Digo lo de que
“estuve a punto” porque, promovido por una campaña de
crowdfunding,
a pesar de nuestros denodados esfuerzos —incluso hicimos un
divertidísimo vídeo promocional—, al final no conseguimos reunir
la cantidad mínima para sacar adelante el proyecto, con actores y
técnicos profesionales. Una pena.
Volviendo
a Goodreads, muchas
cosas ocurrieron desde que abrí mi cuenta de usuario. Algunas
realmente complicadas, en lo personal y lo profesional, lo que me
llevó a suspender mi actividad en la citada plataforma.
Y,
si bien he estado unos cuantos años sin actualizar mis lecturas en
la citada plataforma, en ningún momento he dejado de leer, pues la
lectura forma parte intrínseca de mi vida.
Así
que, empujado por la reciente invitación de Oana, he vuelto a
retomar mis reseñas en Goodreads.
Por
cierto, si alguien está interesado en abrirse una cuenta allí, o
simplemente echar un vistazo a curiosear, os dejo el enlace a la web:
www.goodreads.com
Y
hablando de libros.
Como
apuntaba anteriormente, este año y el pasado, conocido como “el
año de la pandemia”, han sido en lo personal bastante prolíficos
en lecturas. No sé la cantidad exacta de libros que habré leído en
estos quince meses, pero han sido muchos, la verdad. Y, fiel a
mi costumbre de alternar autores y temáticas, ha habido de todo,
como en botica.
No
obstante, dadas las especiales circunstancias que desde principios
del año pasado parecen empeñadas en condicionar nuestro modo de
vida, en esta ocasión he decidido centrarme única y exclusivamente
en libros que rezuman buen humor entre sus páginas.
Concretamente
hablaré de tres libros y tres autores.
1
“ESTO TE VA A DOLER”, de Adam Kay
Escrito
a modo de diario, el autor —médico profesional durante varios años, hasta
que un día decidió dejar la medicina para dedicarse a escribir
guiones de cine y televisión— nos irá narrando en primera persona
su personal travesía por el complejo mundo del Servicio de Salud
Británico, desde el momento en que decidió cursar sus estudios
de medicina hasta el último día que ejerció como médico, dejando
atrás unos caóticos años de guardias y jornadas interminables,
estrés a raudales y vivir permanentemente pendido de una especie de
cuerda floja suspendida en el abismo del fracaso emocional en su
relación de pareja con H, de quien no recuerda con exactitud las
veces que la dejó colgada en cenas, aniversarios, cumpleaños,
viajes o citas importantes, a fin de ocuparse de sus labores de
médico especializado en ginecología en los diferentes hospitales
donde ejerció.
A
través de sus páginas, el doctor Kay nos irá poniendo al
día de todos los pormenores que jalonan el acontecer diario en el
caótico y frenético Sistema de Salud Británico. Conviene
apuntar que en el Reino Unido disfrutan de un sistema de salud
gratuito, similar al ofrecido en España. Eso, traducido al
idioma del doctor Kay, básicamente significa tres cosas:
trabajar mucho, vivir permanentemente exigido en tus funciones y
cobrar poco. De hecho, tal y como el propio doctor se encarga de
señalar, un empleado sin cualificación de un burguer cualquiera
puede ganar lo mismo, en incluso más, que el propio doctor. Y no es
coña.
Si
bien la mayor parte del libro rebosa de un gran sentido del humor, el
cual, en ocasiones, hará que se te salten las lágrimas de la risa,
también hay lugar para el drama y la denuncia en torno a las pésimas
condiciones laborales y el estrés continuo al que se ven sometidos
los profesionales de la medicina en un país que, a pesar de engrosar
esa grotesca lista de los llamados “países del primer mundo”, en
ocasiones muestra vicios y malas prácticas que lo retrotraen a la
edad de las cavernas.
A
pesar de ciertos tramos especialmente duros y dramáticos, la tónica
general es de un humor típicamente inglés, con mucha ironía,
grandes dosis de sarcasmo y una clara tendencia a buscarle el lado
positivo hasta a las situaciones más duras y comprometidas.
Una
lectura muy recomendable que te hará pasar momentos francamente
divertidos, y otros que te harán replantearte seriamente el hecho de
traer hijos al mundo.
2
“HA VUELTO” de Timur Vermes
El
arranque de esta sorprendente novela no puede ser más surrealista:
en el verano de 2011, Adolf Hitler despierta, aturdido y
desorientado, en un patio ajardinado de un barrio residencial de
Berlín. A medida que va haciéndose con la situación, su
desconcierto va en aumento, mientras ve con horror en lo que se ha
convertido su querida Alemania. Nada de simbología nazi, ni rastro
de la pomposa arquitectura del Tercer Reich, reina la paz, las calles
están infestadas de extranjeros que hablan en lenguas extrañas,
incluso existen negocios regentados por turcos, y, para su personal
indignación, su querida Alemania está siendo gobernada por una
mujerona rechoncha e insípida que parece directamente sacada de una
granja bávara.
Tomado
por un cómico satírico que se muestra inflexible en su
determinación de no abandonar en ningún momento su papel de führer,
el auténtico Adolf Hitler es acogido por un quiosquero que lo aloja
en su puesto de revistas y le da comida y alojamiento gratis. Allí
acaba siendo presentado a un empleado de un canal de televisión que
ve en él una futura estrella de la comedia satírica. A partir de
ahí, su ascenso a la fama resulta imparable, todo ello auspiciado
por una serie de equívocos y malentendidos brillantemente llevados a
cabo por el autor del libro, el escritor Timur Vermes.
La
novela te atrapa una vez lo empiezas y, por momentos, no puedes
evitar soltar la risotada, provocada por las salidas de banco de su
protagonista, un confundido Hitler que no entiende porqué todo el
mundo se ríe y se toma a chufla todo lo que él piensa y verbaliza
totalmente en serio: su antisemitismo, su odio a los extranjeros y a
lo que él considera “la amenaza de impureza de la sangre aria”,
su beligerante actitud ante la tibieza de los políticos, etc.
Dejando
a un lado los continuos golpes de humor gracias, en buena medida, a
los equívocos que suscita un desconcertado Hitler, uno de los
grandes aciertos de la novela son las continuas referencias a
personajes y hechos históricos, lo cual dota de una cierta cohesión
a la historia y aumenta la hilaridad en el lector.
Como
anécdota, destacar que la novela se convirtió en todo un
acontecimiento literario, no sólo en Alemania sino en toda Europa,
hasta el punto de ser llevado a la gran pantalla con Oliver Masucci
en el papel de Hitler.
Yo
leí el libro primero y vi la película después. Y, aunque hay
evidentes diferencias entre uno y otra, ambas obras son altamente
recomendables.
3
“PARA LEER MIENTRAS SUBE EL ASCENSOR” de Enrique Jardiel Poncela
Hablar
de Enrique Jardiel Poncela (Madrid, 1901-1952) es
hablar de uno de los mejores escritores de humor de nuestro país
(España). Su humor, de un ingenio y una inteligencia
desbordantes, es uno de los más apreciados por este que os escribe;
o sea, yo.
Según
he podido leer en alguna biografía suya, Jardiel Poncela es uno de los miembros más destacados de la que se ha
llamado «la generación inverosímil», hasta el punto de ser
considerado como el renovador del humor español moderno. Su
producción literaria es extensa. Pese a que se le conoce más como
dramaturgo, escribió también novelas, cuentos, poesías, ensayos,
artículos periodísticos y guiones cinematográficos. Dirigió
películas y fue empresario teatral. Su humor vanguardista y
cosmopolita creó escuela y dejó una impronta jardielesca en
los humoristas posteriores.
Aparte
de su obra creativa, Jardiel Poncela fue un teórico del humor,
preconizó la superioridad de éste sobre el género dramático. Para
él, la comicidad era uno de los frutos de la civilización. El humor
surge de la inteligencia. Para poder entenderlo y apreciarlo en
profundidad ha de poseerse una sólida cultura, una aguda
sensibilidad, un buen conocimiento del propio idioma y una actitud
sabia ante el mundo.
Suscribo
al cien por cien su opinión acerca del humor literario.
De
Jardiel Poncela me he visto dos obras teatrales en Madrid,
Los habitantes de la casa deshabitada (con un
Sazatornil imperial) y Usted tiene ojos de mujer fatal,
y me he leído dos libros: La tournée de Dios y este
que nos ocupa: Para leer mientras sube el ascensor.
La
primera duda que se me presenta es cómo definirlo. Novela no es.
Tampoco es un libro de relatos, aunque haya relatos en él. Entonces,
¿qué es?
Yo
diría que es una especie de «cajón
de sastre», en el que podrás encontrar
de todo: cuentos, relatos, definiciones, artículos periodísticos,
memorias, aforismos y poemas.
A
continuación destacaré unas pequeñas pinceladas del estilo
humorístico desplegado en el libro:
DEFINICIONES
Talento:
Cosa que todo el mundo elogia pero que poca gente paga.
Neumático:
Lo que se pincha.
Mayonesa:
Lo que se corta.
Cuchillo
de hotel: Lo que no pincha ni corta.
*
* *
RELATOS:
Se
fueron a almorzar a un restaurante donde les dieron huevos a la
Malmaison, pollo con gelatina, crema de guindas, helado y un disgusto
espantoso, porque la cuenta subió más que Napoleón después de la
campaña de Italia.
*
* *
Aquella
mujer se llamaba... ¿cómo se llamaba? No lo recuerdo; pero sí
recuerdo que sus padres eran de León.
*
* *
Al
abrir la puerta, la doncella le miró de arriba abajo: como se mira a
los mendigos y a las estatuas griegas. En seguida se apresuró a
decir:
—No
sé si el señor podrá recibirle...
*
* *
No
es higiénico usar cinturón.
Tampoco
es higiénico usar tirantes.
Pero
si no se usa una cosa u otra, el pantalón se cae; así es que hagan
ustedes lo que quieran, porque llevar el pantalón a la rastra
tampoco es higiénico.
*
* *
CANTARES:
¿Que
no sabes qué es amor?
¿Que
no sabes lo que es cielo?
¿Que
no sabes lo que es vida?
Pues,
hijo, eres un ignorante.
*
* *
Para
concluir mi resumen/reseña de este libro, decir que, aún siendo una
curiosa mezcolanza de diferentes disciplinas literarias, ofrece una
lectura amena, con momentos de gran inspiración y otros de agradable
lectura, donde se concentra una amplia muestra del enorme talento que
atesoraba este gran escritor, del que, sin duda, seguiré leyendo más
libros suyos.
Por
último, y ya que de reír y pasarlo bien leyendo se trata, me
permito recordaros que mis tres libros publicados hasta el momento
aún siguen disponibles a través de las tiendas Amazon de todo el
mundo. Y si no queréis errar el tiro e ir sobre seguro, os
recomiendo que le echéis un vistazo a los adelantos gratuitos cuyos
enlaces os detallo a continuación:
Absurdamente
Vol. I
Absurdamente
Vol. II
Absurdamente
Vol. III
Hala,
adiós.