miércoles, 14 de abril de 2021

LECTURAS DIVERTIDAS

 

Foto del escritor Enrique Jardiel Poncela


Alentado por mi amiga y colega Oana Frumuzache, escritora con varios libros publicados, he vuelto a retomar mi actividad como usuario de Goodreads.

Para quien no conozca o no esté familiarizado con Goodreads, decir que se trata de una plataforma de acceso y registro gratuito donde lectores de todo el mundo valoran y reseñan libros que han leído, ponen en conocimiento de sus seguidores los libros que están leyendo o los que forman parte de su lista de “pendientes”, sirviendo de guía o sugerencia a otros lectores interesados en esos mismos libros o autores.

Yo me abrí una cuenta hace algunos años, siguiendo la recomendación de otra buena amiga, Elena Álvarez, editora, autora teatral, escritora y bloguera, con la que estuve a punto de llevar a los escenarios de Madrid una pequeña selección de algunos de mis textos adaptados a formato teatral. Digo lo de que “estuve a punto” porque, promovido por una campaña de crowdfunding, a pesar de nuestros denodados esfuerzos —incluso hicimos un divertidísimo vídeo promocional—, al final no conseguimos reunir la cantidad mínima para sacar adelante el proyecto, con actores y técnicos profesionales. Una pena.

Volviendo a Goodreads, muchas cosas ocurrieron desde que abrí mi cuenta de usuario. Algunas realmente complicadas, en lo personal y lo profesional, lo que me llevó a suspender mi actividad en la citada plataforma.

Y, si bien he estado unos cuantos años sin actualizar mis lecturas en la citada plataforma, en ningún momento he dejado de leer, pues la lectura forma parte intrínseca de mi vida.

Así que, empujado por la reciente invitación de Oana, he vuelto a retomar mis reseñas en Goodreads.

Por cierto, si alguien está interesado en abrirse una cuenta allí, o simplemente echar un vistazo a curiosear, os dejo el enlace a la web:


www.goodreads.com


Y hablando de libros.

Como apuntaba anteriormente, este año y el pasado, conocido como “el año de la pandemia”, han sido en lo personal bastante prolíficos en lecturas. No sé la cantidad exacta de libros que habré leído en estos quince meses, pero han sido muchos, la verdad. Y, fiel a mi costumbre de alternar autores y temáticas, ha habido de todo, como en botica.

No obstante, dadas las especiales circunstancias que desde principios del año pasado parecen empeñadas en condicionar nuestro modo de vida, en esta ocasión he decidido centrarme única y exclusivamente en libros que rezuman buen humor entre sus páginas.

Concretamente hablaré de tres libros y tres autores.

1 “ESTO TE VA A DOLER”, de Adam Kay

Escrito a modo de diario, el autor —médico profesional durante varios años, hasta que un día decidió dejar la medicina para dedicarse a escribir guiones de cine y televisión— nos irá narrando en primera persona su personal travesía por el complejo mundo del Servicio de Salud Británico, desde el momento en que decidió cursar sus estudios de medicina hasta el último día que ejerció como médico, dejando atrás unos caóticos años de guardias y jornadas interminables, estrés a raudales y vivir permanentemente pendido de una especie de cuerda floja suspendida en el abismo del fracaso emocional en su relación de pareja con H, de quien no recuerda con exactitud las veces que la dejó colgada en cenas, aniversarios, cumpleaños, viajes o citas importantes, a fin de ocuparse de sus labores de médico especializado en ginecología en los diferentes hospitales donde ejerció.

A través de sus páginas, el doctor Kay nos irá poniendo al día de todos los pormenores que jalonan el acontecer diario en el caótico y frenético Sistema de Salud Británico. Conviene apuntar que en el Reino Unido disfrutan de un sistema de salud gratuito, similar al ofrecido en España. Eso, traducido al idioma del doctor Kay, básicamente significa tres cosas: trabajar mucho, vivir permanentemente exigido en tus funciones y cobrar poco. De hecho, tal y como el propio doctor se encarga de señalar, un empleado sin cualificación de un burguer cualquiera puede ganar lo mismo, en incluso más, que el propio doctor. Y no es coña.

Si bien la mayor parte del libro rebosa de un gran sentido del humor, el cual, en ocasiones, hará que se te salten las lágrimas de la risa, también hay lugar para el drama y la denuncia en torno a las pésimas condiciones laborales y el estrés continuo al que se ven sometidos los profesionales de la medicina en un país que, a pesar de engrosar esa grotesca lista de los llamados “países del primer mundo”, en ocasiones muestra vicios y malas prácticas que lo retrotraen a la edad de las cavernas.

A pesar de ciertos tramos especialmente duros y dramáticos, la tónica general es de un humor típicamente inglés, con mucha ironía, grandes dosis de sarcasmo y una clara tendencia a buscarle el lado positivo hasta a las situaciones más duras y comprometidas.

Una lectura muy recomendable que te hará pasar momentos francamente divertidos, y otros que te harán replantearte seriamente el hecho de traer hijos al mundo.

2 “HA VUELTO” de Timur Vermes

El arranque de esta sorprendente novela no puede ser más surrealista: en el verano de 2011, Adolf Hitler despierta, aturdido y desorientado, en un patio ajardinado de un barrio residencial de Berlín. A medida que va haciéndose con la situación, su desconcierto va en aumento, mientras ve con horror en lo que se ha convertido su querida Alemania. Nada de simbología nazi, ni rastro de la pomposa arquitectura del Tercer Reich, reina la paz, las calles están infestadas de extranjeros que hablan en lenguas extrañas, incluso existen negocios regentados por turcos, y, para su personal indignación, su querida Alemania está siendo gobernada por una mujerona rechoncha e insípida que parece directamente sacada de una granja bávara.

Tomado por un cómico satírico que se muestra inflexible en su determinación de no abandonar en ningún momento su papel de führer, el auténtico Adolf Hitler es acogido por un quiosquero que lo aloja en su puesto de revistas y le da comida y alojamiento gratis. Allí acaba siendo presentado a un empleado de un canal de televisión que ve en él una futura estrella de la comedia satírica. A partir de ahí, su ascenso a la fama resulta imparable, todo ello auspiciado por una serie de equívocos y malentendidos brillantemente llevados a cabo por el autor del libro, el escritor Timur Vermes.

La novela te atrapa una vez lo empiezas y, por momentos, no puedes evitar soltar la risotada, provocada por las salidas de banco de su protagonista, un confundido Hitler que no entiende porqué todo el mundo se ríe y se toma a chufla todo lo que él piensa y verbaliza totalmente en serio: su antisemitismo, su odio a los extranjeros y a lo que él considera “la amenaza de impureza de la sangre aria”, su beligerante actitud ante la tibieza de los políticos, etc.

Dejando a un lado los continuos golpes de humor gracias, en buena medida, a los equívocos que suscita un desconcertado Hitler, uno de los grandes aciertos de la novela son las continuas referencias a personajes y hechos históricos, lo cual dota de una cierta cohesión a la historia y aumenta la hilaridad en el lector.

Como anécdota, destacar que la novela se convirtió en todo un acontecimiento literario, no sólo en Alemania sino en toda Europa, hasta el punto de ser llevado a la gran pantalla con Oliver Masucci en el papel de Hitler.

Yo leí el libro primero y vi la película después. Y, aunque hay evidentes diferencias entre uno y otra, ambas obras son altamente recomendables.

3 “PARA LEER MIENTRAS SUBE EL ASCENSOR” de Enrique Jardiel Poncela

Hablar de Enrique Jardiel Poncela (Madrid, 1901-1952) es hablar de uno de los mejores escritores de humor de nuestro país (España). Su humor, de un ingenio y una inteligencia desbordantes, es uno de los más apreciados por este que os escribe; o sea, yo.

Según he podido leer en alguna biografía suya, Jardiel Poncela es uno de los miembros más destacados de la que se ha llamado «la generación inverosímil», hasta el punto de ser considerado como el renovador del humor español moderno. Su producción literaria es extensa. Pese a que se le conoce más como dramaturgo, escribió también novelas, cuentos, poesías, ensayos, artículos periodísticos y guiones cinematográficos. Dirigió películas y fue empresario teatral. Su humor vanguardista y cosmopolita creó escuela y dejó una impronta jardielesca en los humoristas posteriores.

Aparte de su obra creativa, Jardiel Poncela fue un teórico del humor, preconizó la superioridad de éste sobre el género dramático. Para él, la comicidad era uno de los frutos de la civilización. El humor surge de la inteligencia. Para poder entenderlo y apreciarlo en profundidad ha de poseerse una sólida cultura, una aguda sensibilidad, un buen conocimiento del propio idioma y una actitud sabia ante el mundo.

Suscribo al cien por cien su opinión acerca del humor literario.

De Jardiel Poncela me he visto dos obras teatrales en Madrid, Los habitantes de la casa deshabitada (con un Sazatornil imperial) y Usted tiene ojos de mujer fatal, y me he leído dos libros: La tournée de Dios y este que nos ocupa: Para leer mientras sube el ascensor.

La primera duda que se me presenta es cómo definirlo. Novela no es. Tampoco es un libro de relatos, aunque haya relatos en él. Entonces, ¿qué es?

Yo diría que es una especie de «cajón de sastre», en el que podrás encontrar de todo: cuentos, relatos, definiciones, artículos periodísticos, memorias, aforismos y poemas.

A continuación destacaré unas pequeñas pinceladas del estilo humorístico desplegado en el libro:


DEFINICIONES

Talento: Cosa que todo el mundo elogia pero que poca gente paga.

Neumático: Lo que se pincha.

Mayonesa: Lo que se corta.

Cuchillo de hotel: Lo que no pincha ni corta.


* * *

RELATOS:

Se fueron a almorzar a un restaurante donde les dieron huevos a la Malmaison, pollo con gelatina, crema de guindas, helado y un disgusto espantoso, porque la cuenta subió más que Napoleón después de la campaña de Italia.

* * *


Aquella mujer se llamaba... ¿cómo se llamaba? No lo recuerdo; pero sí recuerdo que sus padres eran de León.


* * *


Al abrir la puerta, la doncella le miró de arriba abajo: como se mira a los mendigos y a las estatuas griegas. En seguida se apresuró a decir:

No sé si el señor podrá recibirle...


* * *

No es higiénico usar cinturón.

Tampoco es higiénico usar tirantes.

Pero si no se usa una cosa u otra, el pantalón se cae; así es que hagan ustedes lo que quieran, porque llevar el pantalón a la rastra tampoco es higiénico.


* * *


CANTARES:


¿Que no sabes qué es amor?

¿Que no sabes lo que es cielo?

¿Que no sabes lo que es vida?

Pues, hijo, eres un ignorante.


* * *


Para concluir mi resumen/reseña de este libro, decir que, aún siendo una curiosa mezcolanza de diferentes disciplinas literarias, ofrece una lectura amena, con momentos de gran inspiración y otros de agradable lectura, donde se concentra una amplia muestra del enorme talento que atesoraba este gran escritor, del que, sin duda, seguiré leyendo más libros suyos.

Por último, y ya que de reír y pasarlo bien leyendo se trata, me permito recordaros que mis tres libros publicados hasta el momento aún siguen disponibles a través de las tiendas Amazon de todo el mundo. Y si no queréis errar el tiro e ir sobre seguro, os recomiendo que le echéis un vistazo a los adelantos gratuitos cuyos enlaces os detallo a continuación:


Absurdamente Vol. I

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Absurdamente Vol. II

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Absurdamente Vol. III

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Hala, adiós.





2 comentarios:

  1. Hace algunos años me registré en Goodreads siguiendo el consejo de mi hija mayor, que pensó que me sería útil, o cuanto menos distraido. Pero la verdad es que acabó siendo una rutina más que no me apetecía seguir. De hecho, solo me ceñía a introducir los libros que iba leyendo como quien lleva un registro mercantil, y poco más. Ahora lo tengo totalmente abandonado.
    Los tres libros que reseñas me han parecido muy interesantes, máxime cuando necesitamos más que nunca evadirnos en brazos del humor, especialmente si es de la mano de unos muy buenos autores que dominan el género. De Jardiel Poncela solo he leído (y también hace un porrón de años) Eloísa está debajo de un almendro, y aun siendo una obra teatral, me encantó. La obra que aquí nos traes promete mucho, así que tendré en cuenta estas recomendaciones.
    Un abrazo.

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    1. Saludos, Josep Mª.

      A mí me pasó exactamente lo mismo que a ti con Goodreads. Al principio pensé que sería bueno para mí, como autor, pues quien quisiera conocer un poco mis gustos personales en cuanto a lecturas no tendría más que ir a mi ficha en Goodreads y echar un vistazo. Incluso me emocioné cuando vi que había lectores que habían valorado y reseñado alguno de mis libros, lo cual me hizo mucha ilusión, la verdad. Pero luego, como tú bien dices, acabó siendo un compromiso más que atender, y entre las idas y venidas del blog, mis eternas dudas como autor (que si sí, que si no), la vida ajena a los libros, que ya se encarga ella solita de complicarte bastante la existencia, y el desánimo y la frustración porque las cosas no salían como uno querría que saliesen, me fueron alejando de la plataforma. Si he vuelto ha sido por el impulso que me ha aportado esta amiga, también escritora. Veremos hasta donde aguanto. : )

      El humor, para mí, es como el agua: es vida. Lo necesito como el comer; para no caer en el desánimo ni en el derrotismo, para no asumir que, en esta vida, hagas lo que hagas, siempre acaban ganando los malos, para evitar pensar en el sinsentido y la ilógica de nuestra propia existencia, o, al menos, para buscarle el lado gracioso a ese sinsentido y esa ilógica. En definitiva, considero el humor algo más que necesario: imprescindible. Dicho esto, resulta fascinante, y, en ocasiones frustrante, encontrar el tipo de humor que mejor se adapte a uno. No todo me hace gracia ni me resulta divertido. Gracias a Dios, pues de otro modo me pasaría el día riéndome como un idiota.

      De Jardiel Poncela he leído los dos libros que destaco en el post. En cartera tengo otros dos. Ya te contaré cuando los lea.

      Un abrazo, Josep.

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