martes, 3 de septiembre de 2019

VOLVEMOS (OTRA VEZ) (Y YA VAN UNAS CUANTAS)

Imagen de Rudy and Peter Skitterians en Pixabay
  
Hola. He vuelto.
Ya lo leo.
Por favor, no te levantes.
No pensaba hacerlo.
Menudo recibimiento.
¿Y qué esperabas, el pitido de un matasuegras y una lluvia de confeti?
Con un efusivo: “¡Hola, Pedro, qué bien que has vuelto!”, me habría conformado, la verdad.
¿Y porqué habría de hacer tal cosa?
¿Porque te alegras de verme?
Ésa es la cuestión. Que no me alegro de verte.
¿Ah, no?
No.
¿Y eso? ¿Por qué?
¿Hace falta que te lo explique?
Si no es mucha molestia.
Está bien. Recapitulemos. Desapareces sin avisar, así, por las buenas. Dejas el blog y a tus seguidores con un palmo de narices y te vas a no sé dónde a mascar tu decepción por no se qué historia de desmotivación o vete tú a saber qué. Luego, reapareces un día con un artículo que has escrito para una web de México pero, al mismo tiempo, dejas muy claro que no es un regreso formal, sino algo esporádico, como un regreso de mentirijillas. Todo esto sin obviar el hecho de que desde tu última publicación en el blog hasta hoy han pasado algo así como tres meses. Hasta que, de repente, tal día como hoy te da por volver como si no hubiese pasado nada. Dime la verdad, ¿te parece normal lo que has hecho?
A ver, no es la primera vez que dejo el blog en modo pausa para regresar pasado un tiempo.
Cierto. Pero esas otras veces ha habido algo que lo justificase. Y yo te pregunto: ¿qué ha pasado esta vez para justificar tu larga ausencia?
Muchas cosas.
¿Muchas cosas? ¿Qué cosas?
Una mezcla de muchos factores.
¿Puedes enumerar esos factores, por favor?
De acuerdo. Hastío, cansancio, desmotivación, saturación, falta de tiempo para dedicarlo a otras parcelas de mi vida, agotamiento mental y físico, sensación de andar clamando en el desierto sin que mi voz llegue a ninguna parte. En fin, todo eso.
Eres un fatiga.
¿Perdona?
He dicho que eres un fatiga. Un quejica. No paras de quejarte. Te quejas de esto, de aquello, de lo de más allá.
Es humano quejarse.
Cierto. Lo lleváis en los genes. Y ésa es una de las razones por las que me alegro de no ser humano.
Claro. También el hecho de que no seas humano explica tu total falta de empatía con quien tienes delante. Eres como un tiburón, al acecho permanente de tu próxima víctima, siempre adelante con esos ojos vacíos de sentimientos y sin espacio en tu cerebro para los remordimientos. Vives por y para ti, para satisfacer tus necesidades más primarias, sin importarte nadie mas que tú.
Lo dices como si fuese algo malo.
Ni siquiera voy a perder el tiempo en explicártelo. Bueno, ¿qué? ¿Podemos poner esto en marcha otra vez?
Hombre, por poder sí que podemos ponerlo en macha. Otra cosa será que nos lean. Has estado demasiado tiempo fuera de circulación, y la gente, si no sabe nada de ti por un tiempo, es normal que se busquen otros blogs en busca de contenidos que les satisfagan.
Sí y no.
¿Cómo que sí y no? ¿Eso qué demonios significa? ¿Se trata de un puto acertijo o qué?
Para contestar a eso te pondré el ejemplo de George R. R. Martin, el tío que escribe esos libros en los que se basó la serie Juego de Tronos.
Sé quién es George R. R. Martin. ¿Te piensas que soy un blog ignorante?
Vale. Pues ese tío se ha pasado hasta seis y siete años de silencio entre libro y libro, y eso nunca ha mermado el interés de sus lectores por cada nuevo libro suyo que ha salido al mercado.
¿En serio te estas comparando con George R. R. Martin?
A una escala más pequeña, sí.
Mira chaval, en lo único que te pareces a George R. R. Martin es en que ambos estáis pasados de kilos. Por lo demás, ya te gustaría a ti vender un 10% de los libros que vende ese tío. Y no te digo nada lo que se habrá llevado por vender los derechos de sus libros para la televisión. Con la pasta que se ha llevado hasta puede cambiarse el careto tan feo que tiene y ponerse el rostro de Brad Pitt.
Reducir el arte a una cuestión monetaria es algo obsceno.
Sí, sí. Obsceno y todo lo que tú quieras, pero a mí ponme un montonazo de pasta encima de la mesa y veras dónde mando yo el arte. Si quieres vivir como un mendigo toda tu vida, vale, ya te digo yo que vas por el buen camino. Pero, dime la verdad, ¿no te gustaría ganar pasta gansa con las cosas que escribes?
¡Por supuesto que quiero ganar pasta gansa con lo que escribo! Todos los escritores del mundo quieren ganar pasta gansa con lo que escriben. Si no fuera por la pasta todos ellos autoeditarían sus libros y los regalarían en la red. Nada ni nadie se lo impediría.
¿Qué me dices de sus hipotecas? O de su costumbre de vestirse y alimentarse, o de disfrutar de electricidad en casa o disponer de un sistema de telecomunicaciones decente. E incluso, yendo un poco más lejos, sus ganas de salir a divertirse y socializar. Todo eso cuesta dinero. Y el dinero no crece en los árboles. Entre otras cosas porque, si así fuese, los ricos acapararían todos los terrenos fértiles donde plantar árboles.
Al menos de ese modo se acabarían los incendios forestales.
Eso seguro. Por cierto, ya que estamos en faena, ¿me puedes decir qué has estado haciendo en estos tres meses de ausencia?
Leer. Escribir. Reflexionar. Y corregir.
¿Corregir? ¿Aún sigues con tu novela?
No. Ya la acabé.
¿Y qué esperas para publicarla?
Se la he enviado a una buena amiga para que le eche un vistazo. Es correctora profesional, y se ha ofrecido a echarme una mano. Esta va a ser la primera vez que utilice los servicios de una lectora cero.
¿Y porqué ahora?
Quiero asegurarme de que mi nuevo libro no sólo esté bien escrito, sino que la historia que narro sea lo suficientemente atractiva como para que quien decida hacerse con ella la disfrute.
¿Puedes adelantarnos algo?
Prefiero esperar al veredicto de mi amiga. Lo que sí diré es que va a ser una historia un poco diferente a lo que he venido publicando hasta el momento.
¿Habrá humor?
Sí. Pero no tan absurdo ni tan surrealista. Tampoco será el tema central de la historia.
¿Y cuál va a ser el tema central?
El amor por la música rock de los 60 y los 70.
¿En serio?
Totalmente.
Suena interesante.
Eso creo.
Tío, eso no se hace. Me has puesto los dientes largos, capullo.
De eso se trata.
Ya.
Por cierto, me gustaría decir a todos los que hayáis leído esta publicación que el escritorio que se ve en la foto, tan pulcro y tan ordenadito, no es el mío.
¡Y tanto que no es el suyo! Si vierais su escritorio os caeríais de espaldas; todo lleno de papeles, block de notas, bolis, propaganda que coge del buzón, gamuzas para limpiar las gafas, garabatos en trozos de papel, tornillos que ha sacado de no sé sabe dónde y ya no se acuerda dónde demonios van, unas tijeras, un manual de no sé qué historia...
¿Has acabado con el inventario?
¿Acabar? ¡Ni siquiera he empezado!
En fin, que hemos vuelto. Yo. Y mi blog. También. Qué alegría, ¿no?




10 comentarios:

  1. Pues sí, qué alegría que todo el mundo se vaya reincorporando a sus blogs, porque en agosto esto ha parecido un terreno... agostado.
    Qué curiosidad con tu novela. Yo no soy muy amante de la música rock, mea culpa. Lo siento. Pero a una buena novela nunca le pongo peros.
    Un beso y bienvenido de nuevo.

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    1. Saludos, Rosa.

      Muy bueno tu chiste del terreno "agostado". ; ) Yo, en mis inicios, no cerraba en verano. Hasta que noté el bajón considerable de visitas en los meses de julio y agosto. También es verdad que este año me pilló en mitad de una crisis y decidí hacer un parón para reflexionar y descubrir qué quería hacer y cómo.

      A mí la música rock me ha dado la vida. Y esa es una de las razones por las que he escrito esta novela, como homenaje a ella. Esta novela en concreto llevaba en un cajón como unos diez años o así, hasta que a mediados del año pasado decidí retomarla. Ahora, habiendo trabajado en ella durante este último año y medio, creo que ha llegado el momento de que vea la luz. A ver qué tal le va. Ya iré avanzando algo de aquí a unas semanas.

      Recibe otro beso de mi parte, y gracias por esa calurosa bienvenida, Rosa.

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  2. Genial forma de anunciar tu regreso. No podía ser de otra manera, tu ingenio es infinito, Pedro!!!
    Abrazos.

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    1. Muchas gracias, Marina. Te agradezco tan generoso recibimiento. Aunque, inmodestamente, debo decir que mi ingenio tiene sus limitaciones. Menos mal que cuento con lectores como vosotros, que lo alentáis para que siga dando sus frutos. Os lo agradezco.

      Un abrazo, Marina.

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  3. Pues mira, amigo, a mí me está pasando algo parecido pero a destiempo. Cuando debería haber regresado de mis vacaciones con aires renovados, nuevas ideas y ganas de escribir, estoy de un apático subido. Si hubiera vuelto de un largo viaje cruzando el charco lo achacaría a una especie de jet-lag mental, pero lo mío debe tener otro origen. Creo que necesito una extensión de las vacaciones recién terminadas. Será que he estado haciendo el ganso y he desconectado tanto que ahora no encuentro los cables para enchufarme al cargador de la inspiración.
    Me alegro que hayas vuelto a la "normalidad" y, sobre todo, que hayas terminado la novela. Para mí la música de finales de los 60 y principios de los 70 es la mejor (todavía escucho extasiado a Pink Floyd) y las décadas de los 80-90 no se quedan muy a la zaga. Pocos grupos actuales han aportado savia nueva al rock y el blues ya está en desuso. Hasta en la música vivimos una involución. No hay aportes sustanciales. A veces me da la impresión que estoy escuchando la música comercial de mi adolescencia, la que tachábamos de "pachanguera". Por fortuna no hay un revival de Georgi Dann y sus canciones del verano, jeje.
    Así pues, el tema de tu novela se me antoja muy interesante. Ojalá vea la luz y pueda leerla.
    Por otra parte, aunque es cierto que la desaparición del mundo bloguero por un largo periodo de tiempo puede afectar al número de seguidores, los lectores fieles, entre los que me encuentro, siempre permanecemos al acecho. Y el ejemplo que has mencionado de escritores que se toman años entre novela y novela es muy acertado.
    Así pues, bienvenido al ruedo y espero ver renacer un buen rollo entre tú y tu blog, jajaja.
    Un abrazo.

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    1. Saludos, amigo Josep.

      Como sabes, en estos meses he pasado por una profunda crisis que me ha hecho replantearme muchas cosas. Y entre los efectos de esa crisis también se hallaba una inquietante apatía que iba creciendo en mí día tras día. Pero, y espero animarte con mi testimonio, al final descubrí que, por muy cuesta arriba que se nos pongan las cosas, por muy lejano y casi imposible que se nos presenten nuestros objetivos, un día te despiertas y descubres que el deseo de crear historias y escribirlas es mucho más fuerte que todo eso que te impide hacerlo. Escribir es doloroso a veces. Y eso es lo que lo hace más fascinante si cabe, pues cuando todo fluye y te salen las cosas como las habías planeado disfrutas el doble o el triple de tu pequeño triunfo ante la adversidad. Por eso te digo que no te preocupes, que ya llegarán las ganas y el deseo de sentarte a escribir. Sólo te pido paciencia. Y fe en ti mismo.

      El rock de los 70, sobre todo, ha sido y es la banda sonora de mi vida. Crecí escuchándola y aún sigue emocionándome descubrir pequeños tesoros escondidos a los que, gracias a Internet, he podido acceder. En estos últimos años he descubierto bandas que ni siquiera sabía que existían, y aún me sigue emocionando escuchar discos por primera vez. De algunas de esas bandas hablo en mi novela, que es casi una oda a una música y un periodo muy especial en mi vida. Eso sí, la historia se sale un poco de mi estilo habitual, de ahí lo arriesgado de la propuesta. No obstante, y como no quiero que nadie se lleve a engaño, en cuanto tenga disponible un avance subiré un adelanto gratuito de unas cuantas páginas para que, quien esté interesado o interesada, se haga una idea lo más aproximada posible del tono y el estilo.

      Muchas gracias por la bienvenida, Josep. Estos días me siento como si estuviese dando mis primeros pasos por el mundo bloguero, ya que, limitado a Facebook y Twitter, cada vez se me hace más difícil acceder a los lectores.

      Recibe un fuerte abrazo, amigo.

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  4. Me alegro de volver a verte en el blog, pero no he dejado de leer de nuevo tus libros con mi amiga. Espero que pronto publiques tu novela. Nos seguiremos. Un abrazo.

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    1. ¡Hola, Mamen!

      Agradezco tus palabras. ¿Y tu amiga qué? ¿Le está pillando el gusto a mi "humor absurdo"? Confío en que sí. Eso sí, si debido a las carcajadas se le saltan los puntos, ¿no me denunciará, no? Mira que no tengo un duro. Ahí lo dejo. ; )

      En cuanto tenga disponible un adelanto gratuito de mi novela lo subiré al blog, para que quien lo desee lea una páginas y sepa de qué va todo antes de decidir si pillarla o no.

      Como tú dices: nos seguimos. Un abrazo, Mamen. Y gracias por todo. Abrazos a tu marido.

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  5. ¡Hola, Pedro!
    Estoy deseosa de que tu amiga te dé la respuesta y nos puedas ir adelantado retazos del libro, porque seguro que nos encantará. Yo ya he picado.
    Un beso para ti, y a tu blog una tirada de orejas (¡Sé más cordial, hombre!) ;)

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    1. ¡Hola, Irene!

      Feliz de reencontrarnos después de tanto tiempo. Como te decía en privado, cada vez que uno regresa tras un prolongado paréntesis es como si volviese a empezar, caminando solo y desorientado por este vasto mundo del ciberespacio. Afortunadamente, me estoy reencontrando con algunos de vosotros, lo cual, además de proporcionarme alegría, hace que me vuelva a sentir "entre amigos".

      En cuanto a mi novela, cuando tenga una opinión ajena a la mía, y ésta sea favorable, me encargaré de preparar un adelanto gratuito que subiré al blog, tal y como he hecho con mis libros anteriores.

      Otro beso para ti.
      -¿Y a mí un tirón de orejas? ¿Por qué? ¿Qué le he hecho yo a esta chica?
      ¿Te lo explico? Irene me aprecia, ¿vale? Y precisamente por eso, porque me aprecia, le duele que seas tan capullo conmigo.
      -Pues que sepa que seguiré siendo un capullo contigo siempre que me apetezca.
      Ya contaba con ello.

      Gracias por la visita, Irene. Y bienvenida. : )

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