En estos tiempos de confinamiento global, el arte, en cualquiera de sus manifestaciones, ha venido una vez más a nuestro rescate. De no ser por él, más de uno estaría ahora mismo subiéndose por las paredes; o peor aún: viendo Tele5. Por cierto, ¿os habéis enterado que Adara y Gianmarco han cortado? ¡Qué fuerte!
En fin, a lo que iba.
Yo tengo la gran suerte de poder disfrutar tanto del cine como de la música o la literatura. En esos tres campos dispongo de aliados contra el tedio, y gracias a ellos aún no he perdido completamente la chaveta; entre otras cosas porque hace tiempo que la perdí, y como vivo en una casa grande de muchas habitaciones, sinceramente: no sé dónde carajo la dejé. En fin, ya aparecerá cuando menos me lo espere.
Dado que soy escritor...
ejem... Bueeeeeno, vaaaaaale. Igual me he pasado un poco. Dejémoslo
en “uno de esos tíos que escriben cosas”, ¿de acuerdo? Jo, qué tiquismiquis, por Dios.
Pues eso. Dado que soy uno de esos "tíos que escriben cosas", me centraré en hablar de libros para campear el confinamiento.
Si lo piensas da miedo recomendar libros, pues el acto de leer es algo muy personal y para saber lo que le gusta o lo que podría gustarle a la persona a la que va dirigida tu recomendación tendrías que conocerla muy bien. Yo no os conozco tan bien, no sé qué os gusta o qué os disgusta, qué buscáis en un libro, que odiáis y qué consigue engancharos a una historia o a un determinado autor. De hecho, creo que lo peor que puede hacer un escritor es escribir pensando en lo que a los demás les gustaría leer. Yo no lo hago. Yo, cuando escribo, lo hago basándome en lo que a mí me gustaría leer. Si a mí no me gusta lo que escribo, ¿cómo demonios puedo pretender gustar a otros?
Dicho esto, hablaré de algunas de mis últimas lecturas.
El planeta de los simios (1963)
Autor: Pierre Boulle
Siendo la ciencia ficción literaria una de mis asignaturas pendientes, decidí aprovechar el confinamiento para iniciarme en este género. Para ello quise jugar sobre seguro y opté por una historia que ya conocía del cine, ya que me encantan las pelis de El planeta de los simios.
Lo primero que he decir es que el libro es muy diferente a la película original protagonizada por Charlton Heston. Mientras en la peli son astronautas norteamericanos los que aterrizan en el supuesto planeta de los simios, en la novela son astronautas franceses. Otra diferencia considerable es la barrera idiomática, pues mientras los humanos de la novela hablan francés los simios utilizan su propio lenguaje simiesco, de ahí la dificultad que halla el protagonista de la novela, Ulises Mérou, para comunicarse y hacerse entender.
El planeta en el que aterriza la nave de Ulises no es la Tierra, sino un planeta perteneciente a otro sistema solar. El planeta lleva por nombre Soror.
Existen más diferencias en relación a la película, pero creo que lo mejor es que las descubras por ti mismo si decides embarcarte en esta interesante y amena lectura. A mí me resultó adictiva. Se lee en dos o tres días —por suerte o por desgracia ahora mismo disponemos de toneladas de tiempo libre—, y se disfruta por lo fácil que resulta visualizar lo que nos están contando, ya que al tener en la retina el recuerdo de las pelis nos resulta casi imposible no recurrir a ellas en algún momento.
Personalmente disfruté muchísimo de la novela, hasta el punto de no descartar volver a ella en el futuro.
Marciano, vete a casa (1955)
Autor: Fredic Brown
Debido al placer que me produjo leer El planeta de los simios, decidí repetir con otra novela de ciencia ficción. Esta vez opté por Marciano, vete a casa, de Fredic Brown.
La premisa me sedujo al instante. Un escritor de ciencia ficción en horas bajas decide recluirse en la solitaria cabaña de un amigo en el bosque con intención de recuperar la inspiración y acabar un encargo para su editor. Tras varios días infructuosos, marcados por el folio en blanco, una tarde recibe la inesperada visita de un ser de otro planeta que resulta ser un marciano. A partir de aquí se establece entre ambos un peculiar diálogo que aventuraba una entretenida historia cargada de humor. Por desgracia, pronto descubrí que el humor desapareció —si es que alguna vez lo hubo— y el argumento giró hacia derroteros algo más siniestros.
Resulta que millones de marcianos han invadido la Tierra y se dedican a fastidiar a la raza humana apareciendo y desapareciendo a voluntad, mezclándose en sus conversaciones, sembrando la semilla de la discordia, provocando delirios y esquizofrenias entre los humanos y hasta reduciendo drásticamente los índices de natalidad del mundo entero, pues los marcianos poseen la molesta habilidad de presentarse en cualquier momento y lugar mediante un sistema propio de teletransportación, de poder ver en la oscuridad y a través de los tejidos (sábanas, mantas, etc), lo cual frustra la intimidad de los humanos.
Honestamente, la novela llegó un punto en que me saturó. La mitad transcurre en un ambiente bastante deprimente y pesimista, con una economía global por los suelos debido a la caída de la industria —los bares y restaurantes se ven obligados a cerrar debido a que a casi nadie le agrada comer o beber con un marciano pegado a su chepa burlándose de él o ella y profiriendo gritos que ponen de los nervios, la industria del entretenimiento se ve abocada a echar el cierre, pues los marcianos interrumpen las obras de teatro, las pelis o series o las emisiones en directo de los programas de radio o televisión, etc—.
Todo esto transcurre en un ficticio 1964, en plena Guerra Fría entre los “comunistas”, capitaneados por la Unión Soviética y China y el supuesto “mundo libre” —¡qué cachondos estos americanos!—.
Una cosa que no me gustó, incluso me resultó sumamente molesto, fue la costumbre del autor de hacer que los personajes expliquen sus acciones a través de sus líneas de diálogo, en plan: «Obviamente hago esto porque...».
Resumiendo: se puede leer, incluso puede resultar entretenida si no tienes nada mejor a mano, pero no esperes algo memorable ni que te apetezca volver a leer. Yo, desde luego, no creo que vuelva a leerla.
La dependienta (2016)
Autora: Sayaka Murata
No conocía a esta autora. Jamás había leído nada suyo ni conocía sus antecedentes. Sabiendo eso, ¿qué me llevó a leer esta novela? Muy sencillo: su argumento.
La novela gira en torno a Keiko Furukura, una dependienta de 36 años, soltera, que nunca ha tenido pareja ni la desea. Para ella, el mundo que la rodea le resulta incomprensible, sencillamente porque carece de un manual de instrucciones que la ayuden a entenderlo y actuar en consecuencia para encajar en él. Todos a su alrededor se empeñan en señalarle el camino para ser una persona “normal”, entendiendo por normal a alguien que no se salga de lo convencional, que asuma su rol en la sociedad —mujer, esposa, madre, trabajadora, buena hija— y que sea lo que la tradición dicta que debe ser.
Sin embargo, la mente de Keiko funciona de una manera muy particular, casi como una niña a la que hay que explicarle las cosas de manera clara y sin ambages, pues de lo contrario se pierde en la confusión.
Keiko encuentra en su trabajo como dependienta en una konbini —una especie de tienda de barrio abierta 24 horas— un orden y una lógica que no ve en el mundo que la rodea. Allí, en la tienda, se siente segura, pues todo se rige por unas normas bien definidas, donde no tienen cabida ni la improvisación ni la anarquía. Para ella, saber que tiene unos horarios y unas rutinas que cumplir a rajatabla la ayudan a sentirse que encaja.
Sin embargo, todos a su alrededor se empeñan en recordarle a Keiko que está tirando su vida a la basura por no hacer lo que todo el mundo hace: aspirar a un trabajo mejor, tener novio, practicar sexo, casarse, y darle nietos a sus padres.
Durante los diecisiete años que se pasa trabajando en la misma tienda —lo que la convierte en la más veterana de las dependientas— ve pasar ante ella a un montón de compañeros y jefes, todos ellos con sus peculiaridades.
Un día entra a trabajar en la tienda un joven que pondrá en entredicho el mundo perfectamente estructurado de la tienda. Este joven, de nombre Shiraha, es bastante desagradable en el trato, es vago, se pasa el día cuestionándolo todo y acusando a sus compañeros y compañeras de ser ovejas del Sistema. Shiraha, aunque por razones distintas a Keiko, también siente que no encaja en una sociedad tan estructurada como la japonesa, por lo que no cesa de desproticar contra lo que él considera un mundo que no ha cambiado absolutamente nada desde la Edad de Piedra. Por su actitud y sus continuos desplantes a compañeros y clientes, finalmente es despedido.
Un día, Keiko y Shiraha vuelven a encontrar sus caminos lejos de la tienda, y, en un extraño giro de los acontecimientos, surge entre ellos la posibilidad de llegar a un acuerdo que les permita ser aceptados como “normales” en un mundo que ni entienden ni asumen en su totalidad.
La novela me resultó deliciosamente entretenida. De lectura muy sencilla y una extensión que apenas sobrepasa las 150 páginas, se lee en dos tardes. Posee la particularidad de que no está dividida en capítulos, sino que su argumento fluye de manera continuada, como invitándote a que la leas de corrido y sin interrupciones.
Narrada en primera persona a través de la protagonista, vamos conociendo la manera de ver y entender el mundo que la rodea, de cómo piensa y qué la impulsa a actuar como lo hace y tomar las decisiones que toma, aún cuando no estemos de acuerdo con ella. Sin embargo, a pesar de algunas críticas bastante negativas que he leído a propósito de este libro, llegando a tildar a su protagonista de “psicópata”, a mi me resultó entrañable, por su manera un tanto infantil de enfrentarse al mundo. En cierto sentido me recordó a la protagonista de la novela Eleanor Oliphant está perfectamente, novela que he tenido la suerte de leer recientemente y que me enamoró desde la primera página.
Resumiendo: lectura sencilla y entretenida, sumamente adictiva y, por momentos, bastante esclarecedora en cuanto a denunciar ciertos aspectos de nuestra sociedad donde todos debemos encajar sí o sí.
Eleanor Oliphant está perfectamente (2017)
Autora: Gail Honeyman
Disfruté muchísimo la lectura de esta novela. Admito que antes de hincarle el diente me echaba para atrás el que estuviese alabada por JoJo Moyes, una autora de novela romántica de la que hace años leí una de sus novelas —que compré en papel— y que no me aportó gran cosa, pues lo que contaba y la manera en que lo contaba me recordaba horrores a Helen Fielding y su famosa Bridget Jones, cuyas pelis disfruto pero los libros los detesto. De hecho, temía que esta novela fuese un sucedáneo de Bridget. Afortunadamente, no tardé en advertir que Eleanor Oliphant se sitúa en las antípodas de Bridget Jones.
Para empezar, esta novela está muy bien escrita. Y los personajes están perfectamente trazados, lo cual hace que en seguida te sientas identificado con alguno de ellos; o con todos, si eres de mente abierta y nada dado a los prejuicios —que no es mi caso—.
A medida que vamos profundizando en la vida y circunstancias de Eleanor, iremos descubriendo aspectos y hechos de su pasado que explican su comportamiento y su manera de pensar, un tanto alejados de lo que consideraríamos “normal”, de ahí la similitud con el personaje de Keiko Furukura, la protagonista de La dependienta.
Sin embargo, a diferencia de Keiko, el pasado de Eleanor, así como sus antecedentes familiares perfectamente trazados en la relación tóxica que mantiene con su madre, revelan una infancia y adolescencia traumáticas, marcadas por un terrible suceso, lo que la lleva a una relación enfermiza con un personaje despreciable del que, a medida que vamos sabiendo cosas, va creciendo en nosotros, los lectores, una sensación de repugnancia y asco.
Como ocurre en la novela de La dependienta, también aquí entra en escena un personaje que desde las primeras líneas parece destinado a ponerlo todo patas arriba en la vida de nuestra protagonista. Este personaje, un joven informático algo desastre y bastante directo a la hora de decir lo que piensa, le servirá a Eleanor para no perder el contacto con el mundo real.
El libro, aunque mucho más extenso que el de Sayaka, creo que sobrepasa las trescientas páginas, es de lectura sumamente adictiva. De hecho, yo lo leí en pocos días y lo disfruté muchísimo.
Hank, la vida de Charles Bukowski (1991)
Autor: Neeli Cherkovski
No es esta una biografía al uso. Aquí no se cuentan mentiras, ni se adornan los hechos para “limar asperezas”. De hecho, para quien no conozca nada de la vida y la obra de Bukowski, este libro puede resultar obsceno en muchos sentidos, pues hace un retrato descarnado de un ser en ocasiones violento, desagradable, antisocial, desencantado con la vida y con la humanidad en general, cínico, cruel en exceso al hablar de aquellos autores que le disgustaban —casi todos, excepto John Fante, al que admiraba profundamente, y algún que otro autor como el primer Hemingway—, de humor variable, borracho, pendenciero y un sinfín de cosas malas. Pero también nos muestra a un Bukowski sensible, marcado por el acné en su juventud, por las palizas a las que era sometido por su siniestro padre desde que era un niño simplemente por existir, amante incondicional de la música clásica, sobre todo de Wagner y Mozart, enamorado de la poesía, donde halló un refugio ideal para sus tormentos interiores, y un creador incansable —podía pasarse toda la noche escribiendo a máquina para luego ir a trabajar a la oficina de correos y cumplir con su horario—.
Neeli Cherkovski lo conoció bien. Lo trató con asiduidad, y, gracias a la cercanía y rendida admiración que sentía por Bukowski, llegó a convertirse en una especie de confidente. Neeli narra sin pelos en la lengua sus desencuentros con Hank, las discusiones que lo apartaban de él durante meses, incluso años, simplemente porque Bukowski tenía épocas en que no se aguantaba ni a sí mismo, y buscaba la forma de apartar de su lado a todo bicho viviente comportándose como un cerdo desagradable y despótico.
Sin duda, Bukowski fue un personaje complejo, capaz de lo mejor y lo peor. Probablemente no se diferencie tanto de otros grandes de la literatura de los que poco o nada se sabe de su vida íntima. El problema de Bukowski quizás resida en que nunca necesitó enmascarar los aspectos más desagradables de su personalidad. Al contrario, casi da la sensación de que disfrutaba escandalizando. Pero, al margen del Bukowski persona existe el Bukowski autor, capaz de escribir historias que te mantienen en vilo, expectante, pendiente de la siguiente frase, de la siguiente línea de diálogo, pues podrá gustarte o no, pero no conozco a ningún otro autor como él, incapaz de dejarte indiferente.
El libro de Neeli Cherkovski está excelentemente bien escrito, profundiza en las descripciones y los hechos narrados sin aburrir, y su lectura resulta amena y entretenida. Si eres admirador de Bukowski, no te decepcionará; y si no has leído nunca a Bukowski y deseas conocer algo de su vida antes de meterte en su obra, este libro te ayudará a entender quién fue Bukowski y cuáles fueron sus motivaciones a la hora de sentarse a escribir.
Heil Hitler, el cerdo está muerto (2009)
Autor: Rudolph Herzog
Este es un libro extraño. En él se recopilan numerosos casos de cómicos y actores de vodevil que fueron juzgados y condenados bajo el férreo régimen nazi por burlarse de él, por ridiculizar a sus dirigentes o simplemente porque el humor y el poder nunca se han llevado bien.
A lo largo del libro iremos viendo numerosos ejemplos de cómo los judíos, o los alemanes contrarios al régimen, creaban chistes y bromas para sobrellevar el terrible drama que estaban viviendo en primera persona.
Llama la atención el hecho de que las altas cúpulas de poder nazi, sabedores de la existencia de estos chistes, hacían la vista gorda, incluso se encargaban de propagar esos mismos chistes entre sus círculos más íntimos, conscientes de que suponían una válvula de escape que evitaba una posible sublevación de los sometidos.
Sirva como ejemplo el siguiente chiste:
Hitler visita un manicomio. Los pacientes hace sumisamente el “saludo alemán”. Pero, de repente, Hitler descubre a un hombre que no lo hace. «¿Por qué no saluda usted como los demás?», le increpa. Y el hombre contesta: «Mein Führer, es que yo soy el enfermero, ¡yo no estoy loco!».
Algunos chistes son realmente ingeniosos y rebuscados, otros son bastante gráficos y explícitos, y otros mordaces y atrevidos. Sin embargo, al poco de leer cualquiera de los chistes aquí recopilados, no puedes evitar que se te congele la sonrisa, pues al chiste le sigue la trágica historia de algún cómico, escritor o actor, o simplemente un soldado cualquiera que en una de sus cartas escritas en el frente y dedicada a su esposa o familia, decide reproducir algún chiste de los que se cuentan entre camaradas y por ello es sentenciado a muerte y ejecutado.
El libro hace un repaso bastante exhaustivo de los años de terror que el régimen nazi instauró en Europa y buena parte del mundo a mediados del siglo pasado. En según qué tramos puede resultar un tanto desolador y repetitivo, pues en el continuo repaso a las víctimas podemos encontrar numerosas similitudes y puntos en común. Así y todo, me resultó sumamente interesante el hecho de constatar, una vez más, cómo el humor puede convertirse en un eficaz antídoto contra la desesperación y la desesperanza.
Y hasta aquí el repaso de
algunas de mis lecturas recientes. Ahora mismo tengo tres libros
empezados, uno de relatos y piezas cortas de corte humorístico de
Enrique Jardiel Poncela titulado Para leer mientras sube el
ascensor, lo que da una idea de la brevedad de las piezas
incluidas, otro de cuentos cortos de Robert Bloch bajo el título de
Cuentos de humor negro, y una novela que empecé
anoche de Herman Koch, que lleva por título Estimado señor M.
¿Y vosotros? ¿Qué estáis leyendo en estos días de confinamiento?
Muy interesantes recomendaciones. Tengo en pendientes "La dependienta" y me atrae mucho el de los cómicos en época de Hitler (buenísimo el chiste).
ResponderEliminarDe Herman Koch he leído dos novelas que me han gustado, "La cena" y "Casa de verano con piscina" Esta no la conocía, pero la anoto. Esta lista mía tiene un sobrepeso exagerado y preocupante.
Me da vergüenza, pero sé quienes son Adara y Gianmarco. Es lo que tiene mi madre puesto cada vez que voy a verla. La verdad es que Tele5 hace una labor genial para matar el aburrimiento de los ancianos que viven solos ja ja.
Un beso.
Un beso.
Saludos, Rosa.
EliminarQue no te de vergüenza. Yo también opino que Tele5 hace una labor social de incalculable valor para las personas mayores y no tan mayores. Afortunadamente, hoy día disponemos de un abanico enorme de opciones culturales y de entretenimiento. Que algo no me guste no quiere decir que desee que desaparezca, pues, como tú bien dices, haría mucho daño a personas que hallan entretenimiento en ese tipo de programas.
A mí "La dependienta" me gustó mucho, aunque he leído críticas de gente a la que le pareció aburrida y monótona. Me sentí muy próximo a la protagonista, y eso debo agradecérselo a la autora, ya que hace que a las pocas páginas te sumerjas en la psique de Keiko y aceptes, aunque no compartas del todo, muchos de sus pensamientos. Ayuda que el lenguaje empleado sea sencillo y nada rebuscado, logrando que fluya de manera natural. Si logra seducirte, que espero que así sea, entonces sí que me atrevería a recomendarte la de "Eleanor Oliphant está perfectamente", pues ambas protagonistas parecen hermanas gemelas.
El libro de "Heil Hitler: el cerdo está muerto" me resultó interesante por lo que digo en el post, aunque no es un libro que invite a la risa precisamente. Más bien invita a la reflexión, pues demuestra que el ser humano, cuando peor pintan las cosas, parece echar mano del ingenio para evitar sucumbir al derrotismo. Está salpicado de chistes, algunos muy buenos, pero las anécdotas que cuenta acerca del triste final que aguarda a la mayoría de personajes, hará que se te hiele la sangre viendo el nivel de deshumanización al que es capaz de llegar el ser humano. También narra, de manera cronológica, la manera en que los nazis fueron haciéndose con el poder en una Alemania depresiva tras su aplastante derrota tras la Primera Guerra Mundial; de cómo Hitler y sus acólitos fueron manipulando a la opinión pública en contra de los judíos y lo que ellos consideraban "razas inferiores" y de cómo fueron inoculando el virus del odio entre sus compatriotas, que no tardaron en ver en ellos como una especie de "salvadores de la patria". Da miedo pensar lo poco que hemos aprendido de todo aquello.
La novela de Herman Koch, de momento, me está resultando interesante, aunque un tanto siniestra, por cuanto el personaje principal, que es el narrador, parece alguien desprovisto de sentimientos. Llevo como ocho capítulos leídos y el tipo parece un psicópata, narrando cómo lleva tiempo tras los pasos de un escritor de edad avanzada casado con una joven a los que espía. Veamos cómo sigue.
Un beso, y gracias por la visita y el comentario.
Estupendas reseñas que estimulan la lectura de estos libros, excepto, en mi caso, el de los marcianos tocapelotas.
ResponderEliminarLo que cuentas de El planeta de los simios me ha sorprendido. Ignoraba la autoría francesa de la novela en la que está basada la famosa película. Sabiéndolo, no me extraña el hecho de que su traslado a la gran pantalla por los yanquis modificara algunos aspectos básicos de la historia. Los norteamericanos siempre tienen que "americanizar" los guiones y películas "extranjeras". Muchas veces me pregunto que si la obra original es muy buena, por qué coño tienen que darle su toque personal, que muchas veces empeora el original. No he leido la novela de Pierre Boulle y, por lo tanto, no puedo juzgar en profundidad lo bueno y lo malo de la adaptación cinematográfica. Lo único que puedo decir de la película es que me pareció muy logrado ese final, en el que se descubre que, en realidad, los astronautas han vuelto a la tierra de un futuro dominado por los simios.
En la novela La dependienta, parece como si Keiko fuera una chica autista. Por lo que cuentas, tiene rasgos de autismo, lo que podría explicar su forma de ser y pensar. Hace poco vi una serie en Netflix, titulada Atypical, que tiene como protagonista a un adolescente autista de 18 años que, para ganarse unos dinerillos mientras estudia, trabaja en una tienda de informática y pequeños electrodomésticos de un centro comercial. Pues su comportamento es idéntico al de Keko, pues no socializa con casi nadie, le encantan las normas, el orden y los protocolos de actuación. Pero ahora te he liado con mis cosas, je,je.
Las otras obras que mencionas me atraen, especialmente la que trata de Bukowski, a quien (si no ando equivocado) admiras. No he leído nada de él, pues siempre he sentido un cierto rechazo por lo que se me antoja como una egolatría y ese gusto por escandalizar. Tipo raro, diría yo. Pero, como bien dices, una cosa es su vida personal y otra su obra literaria, aunque ya he dicho en más de una ocasión que me cuesta separar ambas cosas. Quizá conociendo mejor su vida y milagros, me atreva a leerle.
Yo acabo de leer Tierra, la úlima novela de Eloy Moreno, un joven autor que inició su andadura literaria auto-publicándose y que con tesón ha logrado que le publiquen. Esta es su sexta novela. Todas su novelas son muy buenas, pues tiene un estilo narrativo muy original, empleando a menudo frases reflexivas de esas que apuntarías para no olvidarlas. Ayer empecé a leer Patria, de Fernando Aramburu, de quien no había leído nada hasta ahora. De momento, lo poco que llevo leído me ha atrapado. Veremos qué resulta de todo ello.
Un abrazo y felices lecturas.
Saludos, Josep.
EliminarLa novela de "El planeta de los simios" me resultó muy estimulante. Se lee en dos tardes, pues es de esas historias que te cuesta dejar a medias. De hecho, cada vez que la dejaba, para comer o hacer otras cosas, se me quedaba marcada en la retina la última escena leída, llamándome a reanudar la lectura lo antes posible. En cuanto al tema de "americanizar" las obras extranjeras, supongo que lo hacen por dos motivos principalmente: por motivos de rentabilidad (al americano medio le importa un carajo la historia o las culturas extranjeras, y si no se ven reflejados en lo que les estás contando no despiertas su interés), y por motivos ideológicos (como líderes mundiales del sector del entretenimiento, velan por "americanizar" al mundo entero, de ahí que siempre intenten vendernos el "american way of life"). Volviendo a la novela. La leí picado por la curiosidad, creyendo que iba a encontrarme con una transcripción literal de la primera peli, pero no tardé en darme cuenta de que los tiros iban por otro lado. A partir de ahí, me enganché totalmente a la historia y la disfruté muchísimo, hasta el punto de, como digo más arriba, retomarla con ansia cada vez que la dejaba momentáneamente aparcada.
Conozco la serie "Atypical". Es buenísima. He visto las dos primeras temporadas (acabo de leer en Internet que hay disponible una tercera, así que: ¡me la apunto!). Sí que encuentro similitudes entre Keiko y Sam (bien visto, Josep). Ambos necesitan de un orden y unas rutinas determinadas para sentirse "seguros". Si te gustó "Atypical" creo que podría gustarte esta novela de "La dependienta". Y también la de "Eleanor Oliphant". Al menos no te chocarán tanto las personalidades de sus protagonistas, y te será fácil empatizar con ambas.
A mí Bukowski me encanta leerlo. Pero el personaje es otra historia. Te voy a dejar un enlace a un documental sobre su vida que hay en Youtube. Está subtitulado al español. Dura casi dos horas y en él se hace un recorrido por la vida y obra de Bukowski. Te advierto que por momentos el viejo Hank (apodo por el que le gustaba que le llamasen) puede resultar especialmente desagradable. Sin embargo, a medida que avances en el documental irás viendo desfilar a grandes personajes del mundo del arte que profesaban gran admiración por su obra (Tom Waits, Bono de U2, Sean Penn, etc). Como curiosidad, en el documental también sale Neeli Cherkovski, el autor del libro que indico en el post, pues Neeli llegó a ser decisivo en la carrera de Bukowski al convertirse en su editor al principio de su carrera. El enlace al documental es este:
https://www.youtube.com/watch?v=4x-HRSmWHtU
Si consigues acabarlo y te sigue interesando leer algo suyo, a ti que te gusta la novela negra te recomendaría que empezaras por su novela "Pulp". Va de un detective de Los Angeles al que le hacen un inusual encargo. Puede que te guste. Aunque con Bukowski nunca se sabe.
"Patria" la tengo entre mis pendientes. A Eloy Moreno no lo conocía. Buscaré información en Internet (¡qué suerte tenemos de vivir en esta época, amigo Josep, con tanta información a golpe de click!) y veré si en Amazon puedo leer adelantos de alguno de sus libros y decidir si me pillo algo suyo.
Un abrazo. Y gracias por la visita y el comentario, Josep.