Owen
entró en la casa. El reloj de la entrada marcaba las once de la
noche. En las paredes del pasillo rebotaban los azulados destellos
del televisor escupiendo imágenes insulsas.
Hasta
eso echaba de menos: aburrirse como una ostra frente al televisor,
dejando pasar estúpidamente las horas. Como si a todos nos sobrase
el tiempo.
Sonrió
con melancólica tristeza.
Avanzó
sigilosamente, atraído por la luz del televisor como una polilla
atraída por la luz de una lámpara.
Rodeó
el sofá y la vio allí recostada, medio dormida. Se recreó un buen
rato contemplándola. Para él no había criatura más hermosa. En
su mente resonó el eco distante de su propia voz llamándola por su
nombre: Zora.
Owen
se acercó y se arrodilló ante ella. Acercó sus labios lo
más que pudo a su oído y, procurando no asustarla, le susurró:
—Mi
vida, mi amor, mi tesoro.
Sin
abrir los ojos, los labios de ella dibujaron una leve sonrisa.
—Has
vuelto —dijo Zora.
(El resto de la entrada estará próximamente disponible en alguno de mis libros).
Hermoso!
ResponderEliminarMuchas gracias, Criterio Propio. Un saludo.
EliminarUna bellísima, triste y tierna historia de amor. El amor perdido siempre vuelve a buscarnos, mientras no nos olvidemos de él.
ResponderEliminarNo conocía esta faceta romántica tuya. Me ha sorprendido gratamente.
Me queda, sin embargo, una duda existencial. Primero pensé que lo habías escrito en memoria del tal Owen Michaels (al poner su fecha de nacimiento y defunción) y, al no saber quién era, lo he buscado en Google sin ningún resultado, así que ahora me pregunto si todo ha sido fruto de tu inagotable imaginación.
En todo caso, me ha encantado.
Un abrazo.
Saludos, Josep.
EliminarLo primero que he de decir es que me he visto gratamente sorprendido ante el hecho de que mi relato te haya impulsado a querer saber más acerca de los personajes involucrados en el mismo. ¿No es acaso eso lo que buscamos la mayoría de los que nos dedicamos a esto de escribir historias, conseguir la implicación del lector y su complicidad? Así que, por mi parte, sólo me resta darte las gracias por tu implicación y tu complicidad.
De la historia en sí, y sin querer estropearle la lectura a nadie, sólo te puedo decir que todo en ella es fruto de mi imaginación. Y hasta aquí puedo leer, como en las tarjetitas del "Un, Dos, Tres".
En cuanto al tono romántico de la pieza entiendo que pueda llegar a descolocar a aquellos que me conocen por mi faceta más orientada hacia el humor absurdo y la parodia. De hecho, tengo una abundante colección de piezas bastante alejadas del humor. Son historias -incluso alguna que otra novela- que llevan años guardadas en un cajón, esperando el momento propicio para ver la luz, si es que la ven algún día, pues, tal y como está el mercado editorial...en fin.
Agradezco de veras tu interés, Josep. Y tu apoyo, como lector, como colega y como amigo.
Recibe un afectuoso abrazo.
Ohhhh me ha encantado. Además la he leído escuchando la música, que no conocía. Gracias por este regalo. Esta historia de amor tiene magia. La has descrito tan bien que me he visto allí bailando con ellos.
ResponderEliminarPrecioso. Una sorpresa de tus manos.
Un besillo.
Muchas gracias, María.
EliminarLa canción de Willy DeVille es preciosa. Una de esas canciones que inspiran. Y Willy está impresionante, dándole el toque perfecto de melancolía y emoción.
Me alegro que hayas podido "vivir" la historia mientras la ibas leyendo. Como lector disfruto mucho cuando una historia consigue atraparme de tal manera que hace que me abstraiga del entorno, así que imagínate lo satisfecho que me siento al leerte decir que he podido transmitirte esa experiencia con algo que he escrito yo.
Gracias por la visita y por el comentario, María. Un beso.
Lo breve si bueno...
ResponderEliminarEnhorabuena, don Pedro, en su registro más serio sigue usted siendo un crack.
Siga, siga sorprendiéndonos.
Saludos.
Muchas gracias, Don José.
EliminarComo creador me gusta asumir retos interesantes; dentro de mis posibilidades, claro. Celebro haber logrado "sorprender" para bien con este estilo tan alejado de mi humor habitual.
Un abrazo.
Vaya!! Pedro!!
ResponderEliminarMuy romántico y con final inesperado. Sonaba a detective 007 visitando a una de tantas, pero...
Me ha gustado leer este relato y doblemente viniendo de un escritor de humor.
Saludos
¡Muchas gracias, Paola!
EliminarCelebro que te haya gustado este tipo de pieza, tan alejado de mi estilo habitual. De vez en cuando me gusta salirme un poco de mi tono más orientado hacia el humor absurdo y la parodia y explorar otros terrenos igualmente estimulantes. Gracias por tu apoyo. Se agradece.
Un abrazo. : )
waooo es encantador la manera como escribes,me dejó con ganas de leer más relatos tuyos, me quedaré pensando durante días en este relato de amor que perdura mas allá de la muerte; su llegada, el baile, la despedida, absolutamente todo;la lectura me transporto en una serie de emociones y el final me dejó un tanto triste pero así deseaste escribirla tú, y que buena elección hiciste, te felicito.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario, Jaritza. Bienvenida. Siéntete libre de navegar por los rincones del blog en busca de antiguos relatos míos siempre que quieras; si bien he de advertirte que el género que más suelo frecuentar es el del humor absurdo y la parodia. En cualquier caso, gracias por tus bonitas palabras. Se agradecen.
EliminarUn saludo.
Ay Pedro, que hacía tiempo que no te leía y para nada esperaba este registro.
ResponderEliminar¡Es precioso! Una historia de amor, eterna, bella y que nos deja un halo de tristeza que rompe el corazón.
Un placer leerte de nuevo.
Un abrazo.
Muchísimas gracias, Irene. Un placer reencontrarte en este rinconcito. Hace tiempo que ando un poco desconectado del mundanal ruido, por lo que tu comentario ha sido doblemente bienvenido; por un lado porque tus palabras hacia mi pieza son muy bonitas, y por otro porque me has vuelto a recordar -por si lo había olvidado- el porqué de esta absurda necesidad de compartir con los demás mi pasión por contar historias. Así que sólo me resta decirte que te estoy doblemente agradecido.
EliminarUn abrazo, Irene.
Me encanta, sí. El halo de ternura que envuelve todo el relato hace que me olvide del matiz trágico. ;)
ResponderEliminarUn besote. =)
Gracias, Sole. ¿Ves?, no sólo de humor vive el hombre. Ni la mujer. ; )
EliminarUn beso, chiquilla.
Una historia de amor triste y esa música que invita a bailar con ellos. Me ha transportado a momentos románticos de mi vida. ¡Preciosa!
ResponderEliminarSi lo has vivido, sabes de que hablo. En cuyo caso, enhorabuena. Un abrazo.
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