jueves, 21 de noviembre de 2019

GRACIAS, ROSA BERROS CANURIA

Cabecera del blog de Rosa Berros Canuria

Siguiendo con esta buena costumbre de agradecer de manera pública y notoria —es decir, bajo notario—, la compra de alguno de mis libros por parte de almas generosas, hoy me complace dar las gracias públicamente a Rosa Berros Canuria.
Nunca agradeceré lo suficiente el que personas como ella decidan rascarse el bolsillo —algo que no siempre resulta sencillo, habida cuenta de lo mal que anda la economía para los que no somos políticos ni formamos parte del Consejo de Administración de una eléctrica—, con intención de adquirir alguno de mis libros.
Para todas esas personas sólo tengo palabras de agradecimiento, y un único deseo: que mis letras les hagan olvidar, o aparcar por un rato, toda la fealdad del mundo que nos rodea a diario.
Obviamente no conozco a todas las personas que han adquirido y siguen adquiriendo alguno de mis libros. De muchos jamás llegaré a saber sus nombres, ni cómo llegaron a mí o a mis libros. Eso es algo que les pasa al 100% de los escritores, no sólo a mí. Tampoco sabré si, una vez leídos, les gustó lo que leyeron, si disfrutaron de mis historias, de mi manera tan particular de hacer humor, con el absurdo siempre presente. En definitiva: nunca sabré si a esos lectores anónimos les mereció la pena el tiempo y el dinero que generosamente me dedicaron.
Pero basta de hablar de mí. ¡Ni que me hubiese poseído el espíritu de Francisco Umbral, por Dios!
Aquí de lo que se trata es de agradecer públicamente a Rosa Berros Canuria su gesto. Y eso voy a hacer.
Realmente no tengo muy claro cómo nos conocimos Rosa y yo. Sé que ambos hemos colaborado para la misma revista, Moon Magazine, sabiamente dirigida por la gran Txaro Cárdenas. Rosa aún sigue colaborando allí. De lo que ya no estoy tan seguro es de si llegamos a coincidir en la misma etapa. Yo tuve que abandonar la revista a principios de 2016, a raíz de la grave enfermedad de mi abuelo.
Sea como fuere, el caso es que un buen día Rosa se dejó caer por mi blog, leyó una de mis entradas y la comentó. Con el tiempo, esas visitas se fueron repitiendo, hasta el punto de convertirse en una asidua, dejando amables y generosos comentarios a cada nueva entrada que subía.
Un día me escribió: «Acabo de comprarme tu primer libro de relatos. En cuanto lo lea, te haré una reseña en mi blog».
Dicho y hecho. A las pocas semanas, me hizo llegar un enlace a la citada reseña. Os dejo el enlace por si queréis echarle un vistazo:


Reseña de Absurdamente Vol. I por Rosa Berros Canuria. PINCHA AQUí

En cuanto a Rosa, sólo puedo hablar cosas buenas de ella. Por las conversaciones que hemos tenido sé que es una persona sencilla y cercana, que atesora un gran bagaje cultural, no en vano se dedicó a la enseñanza, y que una de las cosas que más disfruta en la vida es leer un buen libro. Me alegró saber por su reseña que mi libro no la defraudó.
Mientras me documentaba para la redacción de este post, me puse a curiosear por el blog de Rosa, de nombre Cuéntame una historia.
En él encontré una sección, llamada In memoriam, en la que Rosa rinde su particular homenaje a personas, principalmente relacionadas con el mundo de la cultura, que desgraciadamente nos van dejando. Me leí algunos de esos artículos —Tony Morrison, Philip Roth—, hasta que hubo uno que me llamó especialmente la atención. En él, Rosa hablaba de su padre, recientemente fallecido.
A través del emotivo recorrido vital que Rosa hace de su padre, y de su especial relación con él, conocí a la propia Rosa. Por sus letras supe que es una persona tímida —¡bienvenida al club!—, que se reconoce cabezota —como su padre—, y que de él no sólo heredó su cabezonería y su honradez, sino su curiosidad por los libros. Rosa nos habla de la colección de libros que su padre atesoraba desde su propia infancia y adolescencia, con Salgari, Burroughs y Verne a la cabeza, y de como esa colección despertó en ella su afición lectora, la cual, una vez adquirida, procuró contagiar a su hermana.
Porque ése es el verdadero poder de las letras: la capacidad de transmitir emociones, sensaciones, vivencias, anhelos y sueños; también miedos, decepciones, dolor e ira. Porque la vida no siempre es fácil vivirla. A veces se nos hace cuesta arriba enfrentarnos a lo que nos depara, desafiando nuestra comprensión y nuestra resiliencia. De ahí que, aquellos que tenemos la gran suerte de poder escapar de todo lo feo que nos rodea gracias al poder de las letras, agradezcamos infinitamente el que siempre haya un libro nuevo por descubrir, o uno que ya hemos leído para regresar a él y hallar cobijo entre sus páginas.
Yo, como autor autoeditado, sólo puedo darte las gracias, querida Rosa, por haber confiado en mí y en mis historias. Me alegra haber podido saber de primera mano, gracias a tu testimonio, que mis letras consiguieron contigo su principal objetivo: entretener, divertir e invitar a la reflexión.
Gracias, Rosa.

6 comentarios:

  1. Muchas gracias a ti, Pedro. Me han emocionado tus palabras y la referencia que haces a mi padre. Puede que ese sea el post en el que más me he dejado la piel y me he quedado en carne viva. Mi padre... todo un personaje.
    Yo tampoco recuerdo ya cómo nos conocimos, pero no recuerdo que fuera en MoonMagazine, donde empecé en el verano de 2016, por lo que veo, cerca de cuando tú lo dejaste. Creo que más bien el encuentro habrá sido en uno de esos blogs que ambos seguimos.
    No creas que he olvidado tus otros libros. Es que tengo tal cantidad de cosas pendientes que me hace falta otra vida o días de treinta y seis horas.
    Un beso enorme y muchísimas gracias de nuevo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Rosa.

      Celebro que te haya gustado. Como digo en el post, al leer tu escrito dedicado a tu padre lograste tocar una fibra en mí, pues me hizo acordarme de mi propia experiencia con mi padre y mi abuelo, ambos ya fallecidos. Recordé esas discusiones estúpidas, de las que te arrepientes una vez se te pasa el cabreo, y que ahora, con el trascurrir de los años, te parecen ridículas, y hacen que sonrías al rememorarlas. Porque las relaciones no son siempre lineales. Hay altibajos. Unas veces están en lo más alto y otras parecen atravesar el subsuelo. Lo importante es el balance final. Y cuando es positivo, celebras todos los momentos vividos junto a esas personas que ya no están.

      Supongo que tienes razón. Lo más probable es que nos hayamos conocido por mediación de alguno de los blogs que ambos seguimos. Tenemos muchos amigos en común, y eso facilita los encuentros entre blogs.

      Por mis otros libros no te preocupes. Una vez leí en un marcapáginas una frase muy bonita dedicada a los libros. Decía algo así como: "Un libro es como un amigo paciente que siempre espera a que lo abras". Como digo a menudo: ¡Hay tanto por leer y tan poco tiempo para hacerlo! : )

      Te mando otro beso, y reiterarte mi agradecimiento por apostar por un autor autoeditado como yo. Gracias, Rosa.

      Eliminar
  2. Ya dicen que es de bien nacido ser agradecido.
    Si fue un detalle que Rosa dedicara una de sus reseñas a tu libro, también lo es devolvérselo con tu agradecimiento público.
    Como sabéis, yo os sigo a los dos desde hace tiempo y siempre es un placer leeros. Buenos escritores, buenos amigos y buenas personas. ¿Qué más puede perdirse? :)
    Un fuerte abrazo para los dos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Saludos, Josep.

      Pues, ¿sabes qué, Josep?, al leer la descripción que nos dedicas, y habiéndote tratado en estos cinco años de andadura bloguera, estoy en disposición de adjudicarte los mismos rasgos que nos concedes a Rosa y a mí: buen escritor, buen amigo y buena persona. Así que, ¡bienvenido al club, colega! : )

      Un fuerte abrazo para ti también, Josep.

      Eliminar
  3. Y lo que me gustan este tipo de entradas, muchísimo, la verdad es que un montón. ¿Se nota por todas las veces que me he repetido? ;)
    Como me alegra que se la dediques a Rosa. Se la merece con creces, siempre está allí, apoyando y dando cercanía, afecto sincero. Y es que de ella admiro muchas cosas, el compromiso, rigurosidad, amor por las letras, su generosidad y compañerismo. Se nota cuando alguien siente pasión por algo, y ella así nos lo demuestra en su blog. Creo que todos de alguna manera u otra nos hemos ido encontrando en este mundo, pero lo mejor no es eso, sino la permanencia, el cariño y el seguir. De eso se trata, de la continuidad, la base de todo lo duradero.
    Un beso enorme a los dos, y a Josep Maria también, :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Irene. : )

      Pse. Ven. Acércate. Déjame decirte algo al oído, así, en voz baja. A mí también me gustan este tipo de entradas. ¡Cómo no iban a gustarme, si se trata de agradecer públicamente a todas aquellas personas que hacen posible que siga editando libros! Además, me complace poder decir que tú también formas parte de este selecto club. De hecho, como mi memoria no es la que era, acabo de revisar todos los post de agradecimiento y, haciendo eso, se me ha ocurrido hacer un día de estos un post especial recordando todos esos nombres y enlazando a su correspondiente post. Apuntado queda. ; )

      Me alegra ver el cariño que le profesas a Rosa. Y no sólo a Rosa, pues si hay algo que te distingue es tu generosidad y tu gentileza para con todos. Prueba de ello es la legión de lectores y lectoras que se pasan por tu blog y te dejan esos comentarios tan llenos de humanidad.

      Querida Irene, te mando otro beso enorme para allá (confío en que no se congele por el camino). Celebro tenerte de vuelta. ; )

      Eliminar