—¡Eooo!
¿Hay alguien?
...
—¿Hola?
¿Pedro? ¿Dónde estás, Pedrito?
Hola,
Blog. ¿Qué pasa?
—Eso
digo yo. ¿Dónde has estado metido, alma de Dios?
En
casa. Como todo el mundo. Bueno, como “casi” todo el mundo.
Porque los irresponsables, como siempre, siguieron campando a sus
anchas como si la cosa no fuera con ellos.
—¿De
qué hablas, tío?
Del
confinamiento.
—¿De
qué confinamiento hablas? ¿Es que los nazis han vuelto a hacer de
las suyas? ¡Malditos cabrones!
¿No
te has enterado? La humanidad entera se ha visto al borde del colapso
por culpa de un virus mortal denominado Covid19.
—¿Covid19?
Uhm, vaya. Tiene nombre de mascota de juegos olímpicos.
¿En
serio no sabías nada del coronavirus?
—¡Claro
que sí, membrillo! Te estaba tomando el pelo. Nosotros los blogs lo
sabemos todo. O casi todo. ¿No ves que estamos permanentemente
conectados a la red de redes? Tenemos acceso ilimitado a cualquier
dato o información que circule por Internet. Imagínate estar
permanentemente conectado a una especie de Biblioteca de Alejandría
del siglo XXI. Lo sabemos todo. O mejor dicho, podemos saberlo con
sólo conectarnos al conducto adecuado.
Sí,
ya...
—Veo
que no me crees. Está bien. Te lo demostraré. Pregunta lo que
quieras. Lo que sea. Vamos. Pregunta.
Está
bien. Háblame de la Teoría de la Relatividad.
—¿Versión
larga o versión corta? Te advierto que la versión larga tiene como
cuarenta y seis folios de extensión.
Versión
corta.
—La
teoría de la relatividad especial o relatividad
restringida fue formulada en 1905 por Albert Einstein. Trata
de describir la física del movimiento en el marco de un
espacio-tiempo plano. Esta teoría describe correctamente el
movimiento de los cuerpos incluso a grandes velocidades y sus
interacciones electromagnéticas. ¿Te vale o quieres que profundice
más en el tema?
¿Cuál
ha sido el terremoto más grande jamás registrado a lo largo de la
historia?
—El
megaterremoto
de Valdivia,
ocurrido en 1960, también conocido como el Gran
terremoto de Chile,
está considerado como el terremoto de mayor magnitud jamás
registrado en la historia del planeta. Tuvo una magnitud de 9,5 Mw.
Duró ocho minutos y fue seguido por un tsunami. Valdivia se hundió
cuatro metros bajo el nivel del mar y provocó la erupción del
volcán Puyehue.
¿Cuántos
libros llegó a publicar Georges Simenón?
—Ciento
noventa y dos novelas con su nombre, y alrededor de una treintena más
bajo diferentes seudónimos. ¿Qué? ¿Estoy aprobado, profe?
No
te pases de listo.
—¿Y
bien? ¿Qué has estado haciendo en estos meses de confinamiento?
Leer,
ver series y pelis, escuchar música... y comer.
—¿Y
qué hay de tus proyectos? ¿Has acabado alguno?
Para
serte sincero, las primeras semanas sufrí una especie de sequía.
Era como si mis ganas de escribir se hubiesen esfumado. No me salía
sentarme a escribir.
—¿Probaste
a escribir de pie?
Déjate
de chistecitos. La situación que vivió la humanidad entera durante
los primeros días de alarma fueron complejos en el plano emocional y
psicológico. Nunca antes habíamos vivido algo así. Habíamos visto
películas y leído libros que abordaban el tema de manera directa o
tangencial. Pero una cosa es la ficción y otra muy distinta la
realidad.
—Huy,
pobrecito. El nene pasó miedo, ¿no es eso?
Serás
capullo.
—Pues
sí. Lo soy.
¿Y
tú? ¿Qué has hecho en este tiempo?
—Lo
creas o no, en este tiempo no he parado de currar.
¿Currar?
¿Tú?
—Pues
sí. Listo. He estado currando. ¿Se te ha ocurrido mirar las
estadísticas del blog en los últimos meses?
Pues
no. Hace tiempo que no miro eso. Para no deprimirme.
—Pues
deberías. Así sabrías que en los tres meses de confinamiento hemos
recibido casi 3.500 visitas.
Me
tomas el pelo.
—Míralo
tú mismo.
Espera...
¡Vaya! ¡Es cierto! No mentías.
—¿Y
has visto de dónde proceden la mayoría?
De
Estados Unidos. Vaya, qué raro. Que yo sepa, allí no me conoce ni
el Tato. Bueno, aquí tampoco me conoce ni el Tato. Por cierto,
¿sabes si el Tato ese conoce a alguien?
—Ni
idea.
Pues
qué raro. Supuse que con tu “conocimiento ilimitado” sabrías
algo así. Hasta hace un minuto dabas la impresión de ser una
enciclopedia andante.
—Te
recuerdo que no tengo piernas.
No
seas quisquilloso. Sabes perfectamente a qué me refería.
—A
ver, membrillo. Intentaré explicártelo de una manera simple, para
que no te me pierdas por el camino. Es cierto que en Internet hay
toneladas de conocimiento, pero eso no significa que tenga la
respuesta a todas las preguntas. Te pondré un ejemplo: si de
casualidad le preguntas por el número de habitantes actualizado del
Principado de Mónaco, su respuesta será de 38.682
habitantes. Bueno, 38.681, ya que me acaban de informar que
han encontrado el cuerpo sin vida de Edgar Grosky.
¿Quién
es Edgar Grosky?
—Un
industrial de origen húngaro que anoche ganó una fortuna en el
casino y luego se llevó a dos pilinguis a su habitación del hotel,
pidió ostras y champán del caro, se tomó una pastillita de viagra
y pasó a mejor vida... por unas horas. Esta mañana encontraron el
cuerpo sin vida del señor Grosky en su cama, con una erección de
caballo y una sonrisa de oreja a oreja. Según el forense murió de
un infarto, y más feliz que una perdiz.
¿Y
todo eso está en Internet?
—Te
asombraría saber la de cosas que puedes encontrar en Internet.
Realmente
no me explico cómo es que, con tanto conocimiento a golpe de click,
cada día somos más tontos.
—Que
algo esté permanentemente disponible no quiere decir que todo el
mundo esté interesado en acceder a ello. Por esa lógica todos los
bibliotecarios del mundo deberían ser la gente más culta del mundo,
rodeados de libros con todo ese caudal de conocimiento
permanentemente a su alcance. Y no es así.
Tienes
razón.
—¡Pues
claro que la tengo! Soy un blog listo, joder.
Y
bastante engreído.
—En
fin, a lo que iba, que me extravío. Así que tenemos un montón de
datos a los que podemos acceder de forma instantánea con sólo darle
a la tecla. Pero, por otro lado, si quisiéramos saber, por ejemplo,
cómo escribir un libro que guste a todo el mundo, a crítica y
público, que arrase en ventas en el mercado editorial actual y que
haga que su autor pueda vivir sin preocupaciones económicas el resto
de su vida, la respuesta será: ni puta idea, macho.
Pues
vaya mierda. Precisamente yo iba a preguntar eso.
—Lo
sé. Por eso te lo he puesto como ejemplo. Te conozco como si te
hubiese parido, chaval.
¿Y
si pregunto qué debo hacer con un blog contestón, en ocasiones
desagradable, antipático, un tanto soberbio, demasiado pagado de sí
mismo, un capullo insufrible y que se las da de listo, cuál crees
que sería la respuesta que obtendría?
—Vale.
Lo pillo. Le pido humildemente disculpas, oh, mi creador.
No
sé yo...
—Por
favor, oh, mi creador, si acepta mis disculpas le prometo que a
partir de ahora todo va a ir sobre ruedas.
¿Y
cómo sé que hablas en serio?
—Pues
porque acabo de dar la entrada para pillar un patinete eléctrico.
¡¡Yo
no quiero un puñetero patinete eléctrico!!
—Es
broma, tío. ¡Por el amor de Steve Jobs!, ¿es que el confinamiento
ha acabado con tu sentido del humor o qué?
Serás
capullo.
—Sí.
Lo soy. Pero un capullo muy listo. Oh, vaya, parece que el censo del
Principado de Mónaco volverá pronto a los 38.682
habitantes.
¿Y
eso?
—Resulta
que una de las pilinguis se ha quedado embarazada del industrial
húngaro.
Vaya charlas te traes con tu blog. Yo al mío casi no le hablo. Igual hasta lo tengo enfadado y no me he enterado. Tengo que averiguar si es tan listo como el tuyo. Por cierto, me ha encantado cómo y por qué fluctúa la población de Mónaco.
ResponderEliminarUn beso para los dos, tú y el blog.
Mi blog es un caso bastante peculiar, me temo. No estoy muy seguro de que haya más blogs con voluntad propia. Al menos a mí no me consta. Aunque tampoco puedo afirmar categóricamente que el mío sea el único. Eso sí, en caso de haberlos, deseo, por el bien de su propietario o propietaria, que no sea tan insolente ni malhablado como el mío. Aunque, y esto que quede entre nosotros, en ocasiones lo paso bien discutiendo con él. Me da vidilla. ; )
EliminarLo de Mónaco a mí también me pareció curioso. La vida, en esencia, me parece curiosa. ¿A ti no? ; )
Un beso de vuelta, Rosa. Eso sí, con mascarilla y manteniendo la distancia de seguridad. ; )
¿Recuerdas en "Camino a la perdición" cuando alguien, creo que el niño, le pregunta al malo por qué siempre se ríes y el malo le contesta "es que todo es divertido de cojones"? Pues eso. La vida es curiosa de cojones.
EliminarOtro beso.
¡Qué magnífica película, Rosa! Recuerdo la primera vez que la ví. Me dejó impactado. Todo en ella me parece espectacular. El reparto es impresionante, con Hanks y Newman a la cabeza, si bien el resto está soberbio también. Creo que el malo era Jude Law, ¿no? Gran película. : )
EliminarY sí, la vida es curiosa de cojones. Por cierto, ¿crees que nos acusarán de usar un lenguaje machista? Bah, ¡qué cojones! Que les den. ; )
A mi me gustaría tener una charla de hombre a hombre, o de hombre a ente, con mi blog, pero el tío, o lo que sea, es muy soso o autista. Intenté cambiarlo por una lámpara mágica, como la del Aladino ese, y así conseguir éxito y mucha pasta, pero no hubo forma. Además, lo del genio de la lámpara solo sucede en los relatos de ficción de esos que algunos infelices escribimos.
ResponderEliminarY hablando de la muerte de ese empresario húngaro, en cierto modo le envidio. Yo siempre he dicho que quiero morir en el acto.
Un abrazo.
En tu caso no sé si sería buena idea lo de poder mantener charlas con tu propio blog. Lo digo porque tienes dos, y si a mí ya me cuesta seguirle el rollo a uno no me quiero ni imaginar lo que supondría tener que aguantarle la chapa a dos. Y si los dos son como el mío, ¡apaga y vámonos!
EliminarPor desgracia, amigo mío, yo también he llegado a pensar en más de una ocasión que las cosas realmente buenas de esta vida sólo ocurren en los libros o en mi imaginación. Pero mira, al menos tenemos eso: la capacidad de soñar cosas lindas.
No es mala manera esa de morir, no. Al menos "te vas" con una sonrisa. ; )
Un abrazo, amigo Josep.
Jo, menudas conversaciones con tu blog te traes, el mío no dice ni pío, a lo peor es porque no le dirijo la palabra pensando en que no me va a contestar, algo así me pasa también con las plantas, que dicen que hay que hablarlas pero a mí me parece una ridiculez.
ResponderEliminarYa que tienes tan buena conexción con tu blog, y no me refiero a la fibra óptica, dile que no se fíe de las estadísticas de blogger porque a mí me parece que engañan mucho. Yo tuve, o mejor dicho, mi blog tuvo una temporada en que recibía un mogollón de visitas de Rusia, y ni yo escribo en ruso ni creo que haya allí gente a la que le interese lo que pongo, así que, una de dos: o estaba en algún lío sin yo saberlo y la KGB (que dicen que ha desaparecido pero yo no me lo creo) andaba controlándome, o eso de las visitas es un camelo.
En fin, que este confinamiento ya está casi 'finiquitao' así que ya dejaremos de ser sospechosos de infectar a ser posibles infectados, pero hay que volver a la vida, con normalidad nueva o como sea, pero volver.. No hay nada más arriesgado que vivir.
Un abrazo para ti y un bite para tu blog ;)
¿Has oido eso, Boris? La tal Kirke Buscapina dice que no cree que los de la KGB nos hallamos disuelto. Habrá que "investigarla", ¿no crees? Malditos disidentes. ; )
EliminarHola, Kirke.
El que tu blog te hable puede resultar hasta un hecho simpático, siempre que el blog en cuestión sea amable y de buen fondo. Pero el mío es de todo menos amable; es contestón, faltón, borde, egocéntrico, quisquilloso, un sátiro...
-¡Eh, capullo, que estoy aquí!
¿Y?
-Pues que me encanta como me defines. Veo que has pillado el concepto. Hala, me doy el piro vampiro, que me aburres. Chao pescao.
Lo de la vuelta a la "nueva normalidad" va a ser un pelín peliaguda. Con tantas restricciones no sé yo si es mejor seguir confinados hasta que se descubra y se distribuya esa vacuna que neutralice definitivamente el virus. Los asmáticos y además con gafas, como yo, lo tenemos crudo para ir por ahí con la mascarilla puesta todo el día. No sólo se nos empañan los cristales sino que el hecho de respirar se convierte en una odisea. En fin, nos adaptaremos, no queda otra...
Otro abrazo para ti y un cibersaludo (libre de virus) para tu blog. ; )
Jajaja menuda conversación tienes con tu blog Pedro y te ha salido de lo más respondón.
ResponderEliminarEl mio no dice nada y mejor porque diría que está bastante enfadado. Desde el confinamiento no he podido escribir ni un solo relato. Primero pensaba que era la situación que me generaba ansiedad y después el teletrabajo que me tiene agotada, no lo sé, pero me cuesta mucho ponerme de nuevo y creo que lo voy a dejar para vacaciones a ver si así me inspiro, porque mis musas o musos están en huelga o me han abandonado.
Besos
Hola, Conxita.
EliminarLos blogs, en el fondo, no se diferencian tanto de nosotros, los seres humanos. También ellos exigen que, de vez en cuando, les prestemos atención. Y si no lo hacemos se ponen mustios y hacen morritos, como los niños que exigen atención de sus padres y que ven, impotentes, como éstos los ignoran enfrascados en sus otros problemas del día a día. Y aún asumiendo este hecho, lo que sí puedo decirte es que suelen ser bastante agradecidos, ya que aún dejando bastante tiempo entre publicaciones se muestran de lo más abiertos y receptivos a nuestro regreso.
Lo del confinamiento ha sido un palo bastante grande para nuestra estabilidad emocional en general y nuestra creatividad en particular. Al ser una situación completamente anómala nos ha costado acostumbrarnos a ella, hasta crear nuevos hábitos y nuevas rutinas con las que construir nuestro nuevo día a día. Yo mismo pasé por una fase de "vacío". Sobre todo las primeras semanas. Y en estos tres meses no he tocado ni una coma de los proyectos que tenía en marcha antes del desastre del coronavirus. De hecho, ahí siguen, esperando a ser retomados. Por eso te digo que no te agobies, que te tomes tu tiempo para "aterrizar" mentalmente y volver a pisar suelo firme. Las ideas ya vendrán, junto con las ganas de escribirlas. Es cuestión de tiempo. ; )
Besos, Conxita. Y gracias por pasarte por aquí.