miércoles, 4 de noviembre de 2020

MI FASCINACIÓN POR LA COMEDIA (Parte 4 -LOS 90's II)

 


Particularmente la década de los 90 fue también una década de exploración, de ensanchamiento de mis propios límites humorísticos. Conocía, y apreciaba, el típico humor británico, pues prácticamente había crecido con él a través de sus series. No me perdía una. Con sólo llevar el sello británico ya despertaba mi curiosidad, pues para mí la ecuación humor + británico = disfrute asegurado se cumplía a rajatabla. Y nunca me falló esa ecuación, pues siempre hallé en las series anglosajonas toneladas de diversión, algo que sentía que me faltaba con las series patrias. Por alguna razón no conseguía empatizar con el humor hecho aquí; salvo honrosas excepciones de las que hablaré al final del post.

Volviendo al humor británico. A pesar de mi amplia experiencia, nada me había preparado para dos de las series más gamberras de las que iba a ser testigo.

Una tarde, recuerdo que era sábado, puse la tele después de una siesta. Haciendo zapping acabé en Canal Plus. Justo en aquel instante estaban poniendo una nueva serie británica en abierto —yo nunca me hice abonado—. Sin pensármelo dos veces, metí una cinta en el vídeo y le di a grabar. Aún no sabía si lo que estaba viendo me iba a gustar o no, pero, en caso de gustarme, no quería perder la oportunidad de tenerlo.

La serie, que supe más tarde, pues la había pillado empezada, llevaba por título Hale & Pace. El título hacía referencia a los apellidos de los dos creadores y protagonistas de la serie, los humoristas Gareth Hale y Norman Pace.

La serie no era una sitcom, ya sabéis, una comedia de situación cuyos episodios transcurren o se desarrollan regularmente en los mismos escenarios y con los mismos personajes. Los episodios se basaban en pequeños sketches entrelazados, que iban desde pequeñas parodias de series, pelis o programas de televisión de cierta relevancia hasta anuncios ficticios o números musicales. A propósito, cabe destacar que tanto Gareth Hale como Norman Pace tenían muy buenos registros vocales y, además de componer letra y música, cantaban sus propias canciones. Algunos números musicales eran realmente soberbios.

De aquella serie guardo momentos memorables, como el del anuncio de una marca de coches cuyo lema era: «el coche cagada de los noventa», ya que tenía la particularidad de poseer un inodoro en el asiento del conductor con el que poder sortear las largas retenciones de tráfico. Otro sketch realmente descacharrante era uno en que un matrimonio británico hacía una especie de intercambio cultural con un matrimonio sueco. Llevando la parodia al límite, mientras Norman Pace hacía de marido británico mojigato y aburrido, Gareth Hale interpretaba a un alegre y desinhibido marido sueco que iba siempre en pelotas por la casa, pues tanto él como su esposa practicaban el nudismo. Durante el sketch se van sucediendo escenas realmente incómodas, con los británicos totalmente vestidos de la cabeza a los pies —incluso en el interior de una sauna con ambos chorreando sudor por todas partes—, y los suecos totalmente desnudos y hablando abiertamente de sexo.

Otro de los sketchs más divertidos y originales que he visto en mi vida, protagonizado por Gareth, es aquel en el que se muestra el día a día de un tipo que sufre una extraña enfermedad que hace que todas las situaciones de la vida, especialmente las más dramáticas o tristes, le provoquen la risa. Realmente descacharrante.

Un rasgo que me marcó en aquellos días fue el humor desplegado por la pareja: incisivo, mordaz, sarcástico y sin concesiones. Eran pura dinamita. Daban cera a todo sin cortarse ni un pelo. Y triunfaron. Durante buena parte de la década de los 90's fueron grandes estrellas en la televisión británica.

Un día dejaron de emitir la serie en Canal Plus y les perdí la pista, hasta que años más tarde hicieron una breve aparición en un episodio de Life's too short, una serie de Ricky Gervais protagonizada por Warwick Davis.



Otra de las series que me dejó huella en aquellos años fue la inclasificable Bottom, aquí rebautizada como La pareja basura —lo dicho, ¡qué buenos somos en España traduciendo títulos de pelis y series del inglés!—.

La serie estaba escrita y protagonizada por Rik Mayall y Adrian Edmonson, dos cómicos británicos que formaban pareja artística desde que ambos se conocieron en el instituto allá por 1976. Ambos aparecieron en otra serie mítica de los 90's, The young ones, que yo nunca llegué a ver porque no la emitían en ningún canal a mi alcance. La única referencia que tengo de The young ones está en Youtube, ya que en un capítulo salían Motörhead, la banda de rock liderada por el tristemente desaparecido Lemmy Kilmister.

En Bottom, Edmonson y Mayall interpretan a Eddie y Richie, respectivamente. Para hacerse una idea del carácter abiertamente transgresor y un tanto lunático de la serie, baste decir que el personaje de Edmonson se llamaba Edward Hitler. ¡Un inglés apellidado Hitler! ¿Es o no es transgresor?

De entrada, lo que más me llamaba la atención era la cutrez y suciedad que mostraba el apartamento que ambos personajes comparten en el barrio londinense de Hammersmith. Los protagonistas, Eddie y Richie, son dos vagos y salidos lunáticos sin oficio ni beneficio, que viven y se mantienen con lo mínimo en el piso que ambos comparten. Sus constantes peleas —de una violencia caricaturesca, con tenedores que se clavan en diferentes partes de su anatomía, objetos punzantes directamente a los ojos, golpes bajos en las partes pudendas, dislocaciones, rotura de huesos, etc—, forman parte del día a día de ambos personajes.

Richie (Rik Mayall) interpreta a un pusilánime y pomposo perdedor que intenta aparentar ser más culto y sofisticado de lo que realmente es, mientras que Eddie (Adrian Edmonson) es un violento camorrista, que casi siempre anda borracho, y que se pasa la mayor parte del tiempo robando a todo bicho viviente, incluyendo amigos, familia y hasta al propio Richie, que tiene incluso menos de todo que él.

El humor desplegado por la pareja es caótico, disfuncional, esperpéntico y extremo, siendo precisamente dichas cualidades una de sus grandes bazas. Nada les sale bien, por lo que sus desgracias no hacen sino acentuar la comicidad de las situaciones. Lo mejor, sin duda, es el efecto de “caricatura” que ambos creadores supieron dotar a sus personajes, haciendo que los veamos casi como “dibujos animados de carne y hueso”.

Para finiquitar la década de los 90's, he querido dejar para el final al que considero el mejor dúo cómico español de la historia: Faemino y Cansado.

¿Qué puedo decir de ellos? Pues que son geniales. Su humor, surrealista y absurdo, parece beber de otros grandes genios del género como los Hermanos Marx o Monty Python, y ya más cerca, de grandes autores patrios como Tip y Coll, Gila o Jardiel Poncela.

Yo los descubrí a mediados de los 90, en un programa que ponían en La 2 de Televisión Española que llevaba el sugerente título de El orgullo del tercer mundo. En ese programa escenificaban diferentes sketches subidos al escenario de un pequeño teatro en vivo, con público real.

A mí me resultaba fascinante ver cómo aquellos dos tipos, la mayoría de las veces completamente desnudos de mobiliario o atrezo, eran capaces de montar una escena llena de ingenio e hilaridad simplemente con el poder de la palabra y una comicidad incuestionable. Formaban —y forman— un dúo espectacular.

En lo personal, y sin desmerecer en absoluto a Javier Cansado, admito mi devoción por Carlos Faemino. Es de esos tipos que sólo con verlos ya te estás partiendo de la risa, pues a tal punto llega su vis cómica. Sus muecas, sus gestos, sus pequeñas coletillas o improvisaciones, son de lo mejor que este país haya dado al mundo de la comedia.

Desde que los descubrí, en el 93, no me he perdido ninguna aparición suya en televisión. En VHS llegué a tener grabados todos los episodios de la serie, que los iban poniendo a razón de uno por semana (imaginaos cómo era la cosa entonces. No como ahora, que te pillas una serie al completo y, si te lo puedes permitir, te la zampas de una tacada en un fin de semana).

De ellos, además de los capítulos de El orgullo del tercer mundo, tenía grabado el especial Siempre perdiendo. Unas Navidades mis hermanos, sabedores de mi pasión por el dúo, me regalaron una cinta VHS con Dentro de una manada de pumas, que era una colección de clips inéditos expresamente creados para el proyecto. Años más tarde, trabajando yo en una distribuidora de vídeo, me hice con tres especiales editados por Canal cómico, donde recopilaban algunas actuaciones suyas en televisión.

Mi devoción por estos genios llegó a un punto que un día me pedí por la ya desaparecida Discoplay un libro escrito por Javier Cansado que lleva por título Cómo acabar con los libros de cómo, que, además de proporcionarme horas de diversión lectora, me proporcionó una colección de posters enanos de su autor (adjunto foto).

Y hasta aquí mi repaso en dos partes a la década de los 90's. A la vuelta de la esquina se veía venir el cambio de siglo, que, aparte de un miedo atroz al temido efecto 2000 en los ordenadores y el adiós a la peseta, traía bajo el brazo un montón de nuevas experiencias audiovisuales.

Pero eso lo abordaré la próxima semana.


(continuará)



4 comentarios:

  1. Pues salvo a Faemino y Cansado, no conozco a nadie más. La verdad es que la década de los noventa, sobre todo la primera parte, no fue buena para mí y casi ni leí, ni vi cine. Hubo años que en trabajar y atender a mi hijo se me fue el tiempo. Solía grabar películas que nunca tenía ocasión de ver. Por supuesto, mi tenía Canal+.
    A ver qué nos depara en tu blog la década de los dos mil.
    Un beso.

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    1. Supuse que muy poca gente habría visto "Hale & Pace" o "Bottom". Fueron series que pasaron bastante inadvertidas en su momento. Las solían poner los sábados por la tarde, que no era un horario de máxima audiencia. Si a eso le sumamos el hecho de que jamás se haya hecho ninguna reposición, ni se haya pasado por otras cadenas (al menos que yo sepa), resulta muy difícil que alguien las recuerde o, siquiera, que las hubiese visto. Es una lástima, ya que hay muchas series de los 70, 80 y 90 que nunca he podido rescatar, pues no han sido editadas en vídeo o DVD. He visto alguna editada en el Reino Unido, pero sólo en inglés y sin subtítulos, caso de "Home to roost", "Hale & Pace" o "El show de Paul Hogan". Me encantaría que las editasen en español doblado, con las voces originales de aquella época, pues así es como las recuerdo y como las disfruté.

      Gracias por tu fidelidad y tu generosidad, Rosa. Un beso.

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  2. Faemino y Cansado siempre me han hecho reír mucho con su humor ácido y absurdo, y me alegro que sigan en activo aunque ya no se prodiguen tanto en televisión.
    En cuanto a las series de humor británico de los 90, al no tener Canal+, desconocía las que mencionas, pero sí fui un seguidor (no sé si tienes pensado dedicarle unas líneas) de la serie Mr. Bean. Me encantaba (y me sigue encantando) ver cómo sin articular palabra podía llegar a conseguir esos gags tan desternillantes. En cambio en la serie La víbora negra (que de hecho pertenece a los años 80) no me llegó a atrapar su interpretación.
    Un abrazo.

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    1. Para mí "Faemino y Cansado" fue un soplo de aire fresco en una época especialmente oscura de mi vida. Acababa de fallecer mi padre, me había refugiado en el trabajo y apenas disfrutaba de casi nada. Un día vi que se anunciaba en TVE la inminente emisión de un nuevo programa de humor protagonizado por el dúo. El programa llevaba por título "El orgullo del tercer mundo". La noche de estreno ahí estaba yo con mi vídeo VHS preparado y le di al REC. Aquellos tipos me hicieron olvidar por un rato la tristeza, la ahuyentaron a golpe de gags y de chistes. Desde entonces me hice incondicional suyo y no me perdía ninguna de sus apariciones en televisión. Lo grababa todo. Y luego lo volvía a ver una y otra vez, hasta casi aprenderme de memoria todos sus números. Como digo en el artículo, a "Faemino y Cansado" los considero la mejor pareja cómica de la historia del humor en nuestro país. Su cultura y sus referentes me son muy afines, y eso me hace disfrutarlos de manera especial. Los más parecidos a ellos son "Tip y Coll", otra pareja genial que he disfrutado mucho, y también Gila, por aquello del absurdo.

      De Mr.Bean confieso que he visto poco, aunque no me disgusta. Su humor blanco, que no ofende ni molesta, me parece ideal para ver y disfrutar en familia. Hace poco vi que en Youtube habían subido algunos episodios completos de su serie y me entretuve viéndolos. Al no requerir doblaje, pues apenas hablan, se puede seguir sin necesidad de traducción. Lo tengo en la reserva. De "La víbora negra" he leído algunas menciones en artículos y comentarios aquí y allá, y siempre la ponen como una serie de "culto". Yo no la llegué a ver en su momento, y, aunque lo he intentado, no he logrado pillarla en Internet. Me gustaría verla y poder valorarla.

      Un abrazo, Josep. Y gracias.

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