miércoles, 5 de septiembre de 2018

¿HOLA? ¿HAY ALGUIEN?

Fotograma de la película "Dersu Uzala (El Cazador)" de Akira Kurosawa

Saludos, gente.
Me encanta esta forma de saludar, refiriéndome a mis interlocutores, es decir, todos vosotros, con la denominación de “gente”. Recuerdo la primera vez que se lo oí decir al protagonista de la película Dersu Uzala (El cazador), dirigida por Akira Kurosawa. Una delicia de película, por cierto. 
A lo que iba.
Hace muuuucho tiempo que no asomaba el hocico por estos lares. Mi última entrada tiene fecha del 17 de abril. O sea, que han pasado casi cinco meses desde mi última publicación.
Cinco meses de ausencia en este mundo tan cambiante de los blogs es mucho tiempo. El año pasado, sin ir más lejos, me vi obligado a ausentarme unos seis meses por mi vieja enemiga la ciática. Aquel parón me costó perder un 80% de las visitas que recibía habitualmente en el blog.
Sí, sí, has leído bien: perdí un 80% de visitantes. Testado.
Lo mires como lo mires, perder un 80% de lectores es un golpe muy duro para alguien como yo: un autor autopublicado que carece del apoyo de una editorial detrás.
Pero no sólo dejé el blog a un lado, no; también me ausenté de las redes sociales, indispensables hoy día para la promoción de un escritor profesional o aspirante a serlo.
¿Y a qué se debió el parón? Os pondré en antecedentes.
En enero de este año —2018— se me presentó una interesante oportunidad que no quise dejar escapar: asistir como alumno a un curso de Montaje y Postproducción de Audiovisuales.
El curso tenía una duración total de cinco meses —comenzaba en marzo y no finalizaba hasta julio—, completándose con unas prácticas en empresas del sector del audiovisual.
No me lo pensé dos veces: quería hacerlo. Y lo hice.
Como sabéis quienes me leéis habitualmente, por aquel entonces —febrero de 2018— andaba metido de lleno en la corrección y maquetación de mis dos próximos lanzamientos, a publicar antes de finalizar este año.
Inicialmente mi idea consistía en compaginarlo todo, pero no tardé en darme cuenta de lo difícil de mi empresa. Ya no tengo veinte años, y mi capacidad multitarea se ha visto sensiblemente mermada en los últimos años. Y encima soy un tío. Y como bien sabéis vosotras, chicas, los tíos no estamos genéticamente diseñados para hacer dos cosas a la vez. De hecho, dependiendo de a qué mujer le preguntes, ni siquiera estamos genéticamente diseñados para hacer una sola cosa. Salvo que esa única cosa consista en estorbar y poner de los nervios a las féminas de nuestro entorno.
Así que, asumiendo mi doble tara de tío y viejuno, decidí centrar mis esfuerzos en aquellas facetas de mi vida que requerían más atención y dedicación, y posponer para más adelante la corrección y maquetación de mis libros.
Esa decisión también afectó a mi blog, ya que no tardé en advertir que mi pobre cabecita no daba para tanto trajín.
Yo soy un escritor de digestión lenta. Es decir, que necesito mi tiempo para pensar y desarrollar mis ideas. Puedo escribir la idea base de una historia en unos pocos minutos. De hecho, cuando me viene una idea a la cabeza necesito escribirla lo antes posible para no olvidarla (recuerdo un refrán que solía citar un viejo profesor que tuve: “Más vale un lápiz corto que una memoria larga”). Luego, una vez escrita esa idea, preciso de tiempo y dedicación para desarrollarla, pulirla y sacarle brillo. Me considero más un “reescritor” que un “escritor”.
En fin, para no aburriros: el curso acabó hace un mes aproximadamente, y hasta hace unos días estuve de prácticas en una empresa del sector del arte y el diseño digital y la postproducción de audiovisuales.
Volviendo a mis proyectos...
Mi idea es concluir cuanto antes la maquetación del tercer libro de relatos —que ya llevo bastante avanzado—, y una vez acabado subirlo a la plataforma de Amazon y encargar el ejemplar físico de prueba, que tarda en llegarme en torno a mes o mes y medio —me lo trae un tío que viene a nado desde EEUU. Pero tranquilos, el ejemplar viene envuelto en una bolsa de plástico a prueba de tiburones—.
Una vez en mi poder el ejemplar en papel —seco y reluciente—, procederé a echarle un último y concienzudo vistazo para asegurarme que todo está como debe estar: perfecto.
No digo con esto que mis libros sean perfectos, porque no lo son. Pero lo que sí os puedo asegurar es que respeto muchísimo a mis lectores. Y ellos lo saben. No en vano, me enorgullece poder decir que muchos de ellos —la mayoría— no han dudado en seguir comprando mis libros una vez se han hecho con alguno de los volúmenes de la colección. Estoy absolutamente convencido de que si estuviesen plagados de faltas de ortografía, con una sintaxis penosa o una maquetación deficiente, ni uno solo de ellos habría repetido la experiencia.
Creedme: yo jamás pondría a la venta algo que yo mismo no compraría.
Mi objetivo desde que me embarqué en esta incierta aventura de la autoedición fue, y sigue siendo, convertirme en escritor profesional; es decir, en alguien que vive del oficio de escribir y se dedica a ello profesionalmente. Y para ello, resulta de vital importancia cuidar hasta el más mínimo detalle relativo a tu carrera. De nada sirve tener muy buenas ideas si luego no sabes presentarlas adecuadamente.
Debes trabajar tu marca, dejarte el alma en cada cosa que decidas publicar, pensar en seducir al lector con cada nueva propuesta que decidas presentarle, y no tomarte demasiado a la ligera ninguno de los aspectos que rodean a esta maravillosa aunque exigente profesión.
Tomarte en serio o no este oficio puede marcar la diferencia entre que te lean y que no te conozca ni el Tato. Por cierto, aprovecho para presentarme: «Hola, Tato. Soy Pedro. Encantado de saludarte».
En fin, que ya estoy de vuelta. Confío en que esta vez sea por mucho tiempo.
¿Y el blog? ¿Qué planes tengo para el blog?
Uhm, ¿qué tal si eso lo dejamos para la próxima semana?
Recordad, chicas: soy un tío. Y los tíos no podemos hacer dos cosas a la vez.
Un abrazo, “gente”.



11 comentarios:

  1. Bueno, no sé si al mismo tiempo que escribías esta publicación estabas haciendo otra cosa más, pero esta, la publicación, la has hecho muy bien.
    No quiero deprimirte pero esos meses fuera del blog es posible que te pasen factura porque el mundo de las redes sociales es cruel, yo he estado de vacaciones un mes y medio en mi blog y ya no me comentan muchos de los habituales. Aunque en tu caso, y como escribes tan bien (lo poco que te he leído me ha parecido estupendo) seguramente recuperes tu "audiencia" enseguida.
    Bienvenido.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Saludos, Kirke.

      Encantado de volver a saludarte. Dicho esto, te confirmo que, en efecto, mientras escribía esta entrada no hacía ninguna otra cosa. Bueno, miento. En realidad, al tiempo que escribía estas líneas estaba pendiente del ciclo de la lavadora. Pero me lié, y acabé tendiendo el teclado y dándole al botón de una camisa creyendo que era el botón de "publicar entrada". En fin, cosas de tíos.

      ¡Y tanto que me ha pasado factura el hecho de estar tanto tiempo alejado del blog! ¡126 euros! ¿Puedes creerlo? Si lo llego a saber habría programado la publicación de entradas antiguas del blog durante mi ausencia. ¡126 euros! Maldita crisis.

      Te agradezco tus generosas palabras hacia mis letras. Dan confianza. Ojalá, además de confianza, diesen pasta. Por cierto, ¿no tendrás 126 euros que te sobren, verdad? Es broma. Jajajaja.

      Bienhallada, Kirke. Y gracias por pasarte y comentar.

      Eliminar
  2. Hola Pedro:

    ¡Bienvenido de nuevo al mundo bloguero! En el blog que administro es de varios autores, con lo que es más difícil que sigan, porque hay escritos para todos los gustos. Como no sé hacer dos cosas a la vez, me dedicaré a leer y comentar. Además de publicar a quién le interese, y promover sus libros. Lo hago porque me apetece y me gusta. Hace tiempo que descubrí que hay escritores amateur, noveles que son mucho mejores que yo.

    Confío en que pronto le visiten sus lectores habituales. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Saludos, Tertulia de Escritores.

      Disculpa si yerro, pero, ¿eres Lola, verdad? Recuerdo que hace algún tiempo una amiga que tenemos en común, Ana Palacios, me habló de ti y de tu proyecto. A los pocos días recibí un mensaje tuyo haciéndome una consulta relativa a los derechos de autor. Por aquellos días estaba a tope con el curso, así que tardé un día o dos en contestarte. Confío en que mi respuesta lograse sacarte de dudas.

      Me parece muy loable tu propósito. Los autores que no disponemos de una gran editorial detrás, ni siquiera una pequeña, necesitamos vehículos que nos acerquen al lector y que éstos sepan de nuestra existencia. Hoy más que nunca la "invisibilidad" es una de nuestras mayores enemigas. Luego está en nosotros que consigamos seducir con nuestras letras.

      En cuanto a lo de reconocer que hay autores mejores que uno mismo, permíteme decirte algo en confianza. En cualquier actividad de la vida, sea de la naturaleza que sea, siempre va a haber personas que lo harán mejor que nosotros. Sería estúpido creerse "el mejor" en algo. Dicho esto, no concibo el arte de escribir como una competición, sino como una actividad que da placer al que escribe y proporciona placer al que lee. Con eso, me basta y me sobra para seguir intentándolo cada día.

      Agradezco tus buenos deseos. Un abrazo. Y gracias por pasarte.

      Eliminar
  3. Efectivamente, Pedro, yo también creo que quien mucho abarca poco aprieta. Más vale centrarse en una cosa y hacerla bien, y doy por sentado que tu eres de esas personas que todo lo que hace lo hace bien porque pones empeño en ello. No dudes que yo seré uno de los compradores de esa nueva recopilación, no me la perdería por nada en el mundo. A menos que esté muerto cuando la publiques, claro está. Así que date prisa.
    Ojalá todo te salga como deseas y te mereces y acabes, más bien temprano que tarde, siendo un escritor profesional. Lo de ganarte la vida solo escribiendo ya es harina de otro costal. Pero por probarlo que no quede.
    Bienvenido a la blogosfera y quedo a la espera (esto suena muy serio y oficial, pero es lo que hay) de tus nuevos relatos cargados de humor.
    Un abrazo, amigo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Saludos, Josep Mª.

      Es que tú y yo somos tíos cabales, y sabemos reconocer nuestras limitaciones. De hecho, mientras reflexionaba en mi respuesta a tu comentario cometí el error de poner una cafetera al fuego, ¡y casi me explota al no prestarle atención! Si es que uno ya no tiene edad, coño.

      Querido Josep, no sabes lo que te agradezco tus palabras. Sabes el aprecio y el respeto que te tengo, y la alta estima en que tengo tu opinión. De ahí que, saber por ti que mi trabajo ha conseguido satisfacer tus exigencias lectoras, hace que me reafirme en mi convicción de que vale la pena dejarse el alma en lo que haces si con ello consigues no defraudar a quienes demostrando generosidad deciden apostar por ti.

      Puede que jamás me gane la vida solamente escribiendo pero, gracias a personas como tú y como los que en estos tres años han comprado alguno de mis libros, tened por seguro que seguiré intentándolo. Ya ves, además de tío soy cabezón. ¡Qué se le va a hacer! Ya lo decía el gran Billy Wilder: "Nadie es perfecto".

      Un abrazo, amigo. Y gracias por este caluroso recibimiento.

      Eliminar
  4. Hola, Pedro.
    Me alegra muchísimo leer una entrada tuya, :)
    Sobre el tiempo, puede decirte que también soy una negada a la hora de convalidar varios temas, así que no te preocupes que se te entiende perfectamente. Por mi parte y si te sirve para bien, siempre le hecho la culpa al minutero, y no a mí, qué barbaridad; es su culpa que no llegue a todo. Así que tranquilidad, que si se hace con cariño y con entusiasmo, todo, todo, sale. Me encantará ver y por supuesto leerte de nuevo.
    Un beso, y feliz de tu regreso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Irene.

      A mí me alegra volver a leer un comentario tuyo. Un reencuentro entre colegas que hace tiempo que no saben el uno del otro y que se alegran de reencontrarse. Lo último que supe de ti es que te tomabas un más que merecido descanso del blog para dedicarle tiempo a otras parcelas de tu vida. Sé por experiencia propia lo que conlleva mantener un blog, lo exigente que resulta tenerlo al día y el tiempo y la dedicación que demanda. Por eso entendí perfectamente tu decisión.

      Por cierto, me alegra saber por vosotras que los tíos como yo no deberíamos castigarnos tanto por no saber hacer dos cosas a la vez. Me tranquiliza, la verdad. Aunque, como muy bien dice mi amigo Josep: "A veces más vale hacer una cosa y hacerla bien que abarcar demasiado y fastidiarla".

      A propósito, hoy mismo le decía a una amiga: "De un tiempo a esta parte tengo la sensación de que no soy dueño de mi tiempo. Las horas se me van volando, y al final del día, siendo honesto, muchas veces no sé en qué se me ha ido el tiempo". Ella es mucho más joven que yo y, cuando me dijo que a ella le pasaba exactamente igual, admito que respiré aliviado. Ya sé que "mal de muchos, consuelo de tontos", pero, al menos, no soy el único al que le pasa.

      Otro beso para ti, Irene. Y gracias, una vez más, por ser una de esas personas que mencionaba en mi post, de las que apostaron por partida doble por mis libros. Sólo espero haberte devuelto la inversión a base de buenos ratos de lectura.

      Encantado de hallarte de nuevo en este extraño mundo cibernético.

      Eliminar
  5. Hombre, Maestro, bienvenido de nuevo.
    Celebro su recuperación y le deseo todi el éxito del mundo.
    A ver quién pone ahora en forma a "éste", su -y nuestro- blog, se habrá puesto como un barril de tanta idea alimenticia y poco hacer.
    Saludos cordiales.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sssh, calla, José, que lo tengo dormidito. Para mí que aún no se ha enterado de mi regreso. Mejor. Aún estoy aterrizando y no quiero empezar con bronca esta semana. Aún debo ponerme al día con algunos asuntos y me vendrá bien algo de tranquilidad.

      Dejando a un lado al "bicho", te agradezco la bienvenida. Reconforta saber que aún no he sido borrado del todo de la faz cibernética, a pesar de mi ausencia.

      Un abrazo, Don José.

      Eliminar
  6. Saludos, Julio David.

    Muchas gracias por el voto de confianza que me otorgas, amigo. Y gracias también por el regalo. Me vendrá bien para no dispersarme y centrarme en lo primordial: acabar de rematar este libro que tengo entre manos y en el que llevo tanto tiempo trabajando. De los tres, éste es el que más veces he armado y desarmado. Si mis cuentas no me fallan, creo que ya voy por la novena reestructuración. Confío en que esta última sea la definitiva. Cruzaré los dedos para que así sea.

    Un abrazo, Julio David. Y gracias por pasarte por aquí y comentar, maestro de la literatura bonsái. : )

    ResponderEliminar