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—¿Google Plus? ¿Qué es eso? —pregunté.
—Se trata de una plataforma para blogs y webs ideada por Google —respondió la amiga de mi amigo—. Allí existen lo que se llaman “comunidades”, donde gente con intereses similares publica e interactúa. Te recomiendo que le eches un vistazo y pruebes a ver qué tal.
Y lo hice. Y como todo lo nuevo, al principio me costó entender de qué iba el rollo. Había tanto que asimilar que necesité varios días para empaparme de todo aquello.
Cuando lo tuve todo claro, me abrí un perfil en Google+ y empecé a moverme por las distintas comunidades de escritores, lectores y blogueros que más me llamaron la atención, o que consideraba que se adecuaban a mis intereses —por ejemplo, si había una comunidad que iba sobre videojuegos, o pelis de terror, o poesía, automáticamente quedaba descartada, ya que no tenía nada que ver conmigo—.
Una vez empecé a publicar en las comunidades, la cosa despegó como un cohete. A las pocas semanas ya tenía más de un centenar de seguidores, y las visitas y comentarios al blog se fueron incrementando de manera significativa. Incluso recibía invitaciones para unirme a determinadas comunidades, lo cual me hacía sentir que, por fin, iba en la dirección correcta.
En Google Plus conocí a un montón de gente fantástica, con la que interactuaba y compartía información y conocimientos, además de intercambiar visitas y comentarios a nuestros respectivos blogs, pues la mayoría tenían blogs propios.
Recuerdo con cariño a mucha gente que conocí en esa época, entre 2014 y 2015, como Alejandra Sanders, Analía Rodríguez, Benjamín J. Green, Conxita Casamitjana, Erika Martín, Eva Mercader, Fernando Mora, Frank Spoiler, Javier García, José Ayllón, Lucía Sugar, Natalia Escritorista, Ramón Escolano, Julia C. Cambil, María Peláez, Campanilla Feroz, Francisco Moroz, Paola Panzieri, Josep Mª Panadés, Chari BR7, Perla Gómez, Alicia González, Marijose Luque Fernández, Felipe Rodríguez, Irene F. Garza, Soledad Gutiérrez, María Paz “Fer”, Edgar K. Yera, Luís Mariano Gómez Pascual, Jotapé, Soraya “Sotriva”, Clara Serrano, y un largo etcétera.
Con algunos la relación fue un paso más allá, e intercambiábamos correos y mensajes al margen del blog.
A muchos de ellos les perdí la pista, bien porque abandonaron el mundo bloguero o debido a la triste desaparición de la plataforma Google Plus. Con unos pocos aún mantengo contacto, pues nos seguimos en otras redes sociales como Twitter o Facebook.
El cierre de Google Plus fue un duro golpe para muchos de nosotros. En mi caso particular, pasé de tener casi novecientos seguidores a quedarme con una treintena de incondicionales, que aún siguen dejándose caer por el blog. Eso, unido a los diversos paréntesis en mis publicaciones a los que he tenido que hacer frente en los últimos años, debido principalmente a problemas de salud, crisis personales y creativas, etc., ha mermado considerablemente las visitas a mi blog.
No obstante, a pesar de todas las vicisitudes a las que he tenido que hacer frente en estos siete años y medio de experiencia bloguera, no me arrepiento de haber tomado aquella decisión de crear mi propio espacio en Internet, allá por 2014. Gracias al blog he dado a conocer mis creaciones, he podido publicar tres libros de relatos, los cuales, a pesar de mis pobres intentos de promoción, han logrado venderse razonablemente bien; también he conocido y tratado con gente estupenda de espíritu afín al mío, y con algunas aún sigo manteniendo el contacto; he intercambiado experiencias con gentes de otros países y culturas, y hasta conseguí que la directora de una revista digital me fichase por un tiempo para su proyecto.
¿Qué nos deparará el futuro? Nadie lo sabe. Lo que si sé es que, siga o no con el blog, yo seguiré escribiendo, creando historias y personajes de la nada, volcando en mis escritos todo el absurdo, la crítica y el humor que llevo dentro, pues un escritor, o, en mi caso, alguien que escribe cosas, no deja nunca de escribir, tenga intención de publicar o no.
Gracias por estar ahí.
Google plus era una Red social muy buena. Fue la primera a la que me uní, antes del blog, porque te subía las fotos y hacía unos montajes muy buenos que luego tú podías personalizar. Eso sigue como Google fotos.
ResponderEliminarMi blog nació en octubre de 2014 y hasta entonces no tenía redes sociales, salvo G+. Luego ya para dar publicidad al blog me abrí cuentas en el resto.
De toda esa gente que mencionas, conozco a muchos. Algunos han desaparecido de blogs. Yo me encuentro con varios en Instagram.
Un beso.
Personalmente, el cierre de Google Plus significó una pequeña tragedia. Allí me sentía cómodo, conectado con un montón de gente afín, con las cosas en un orden muy concreto que entendía y aceptaba. Ahora todo es mucho más caótico, más aleatorio. Por ejemplo, en Twitter jamás me he sentido cómodo. Allí, para darte a conocer debes entrar al trapo en discusiones futiles y estúpidas, o alinearte en uno u otro bando dependiendo de tu posicionamiento. Y paso. No me va. En Facebook es más de lo mismo, aunque, según mi percepción, lo veo un poco más amable. Y MeWe ni lo cuento porque ha sido un fracaso desde que abrí mi cuenta allí. Instagram no lo he probado, aunque alguna amiga me ha dicho que lo ve interesante para mí. Sin embargo, me sigo mostrando reacio a meterme allí.
EliminarPues mira, qué curioso, nuestros blogs nacieron casi a la par, con unos pocos meses de diferencia el uno del otro. Yo te conocí, o supe de ti, gracias a MOON MAGAZINE, pues a pesar de dejar la revista seguía las publicaciones a través de Google Plus. Así supe de ti y de tus reseñas en la revista. Luego viniste a mi blog y... aquí estamos. : )
Mientras escribía este post, tuve que retroceder en el tiempo para rememorar a toda esa gente maravillosa con la que conecté en mis inicios. Seguro que me dejé atrás a muchos más -la memoria es lo que es y llega hasta donde llega-, aunque me sorprendí a mí mismo recordando tantos nombres y blogs. Como tú bien dices, muchos cerraron sus blogs, y otros desaparecieron de mi radar con el cierre de Google Plus, del mismo modo en que seguramente yo desaparecí del suyo. Es ley de vida. Unos vienen y otros van, como la vida misma. Así y todo, de todos los que menciono mantengo muy buenos recuerdos, e incluso con algunos aún sigo en contacto, lo cual me alegra enormemente.
Veamos hacia dónde nos lleva todo esto. Disfrutemos del viaje...
Un beso, Rosa.
Ahora que lo has mencionado, me acuerdo de Google+, pues ya había olvidado mi experiencia en esa plataforma, en la que, en mi caso, permanecí poco, pues creo recordar que me incorporé tarde. Al igual que Rosa, he reconocido a algunas compañeras que conocí y con las que interactué al acercarse a mi blog y yo al de ellas. Por distintas razones, las he ido perdiendo de vista. Algunas "resucitaron" de pronto y volvieron a emerger para desaparecer de nuevo. Supongo que también tuvieron sus altibajos o bien cambiaron de rumbo.
ResponderEliminarEllo también tiene que ver con la reciprocidad en las visitas. Yo no puede visitar los blogs de todos los que se acercan al mío. Ahora mismo sigo a unos 40 blogs. Aumentar este número implicaría destinar mucho más tiempo del que dispongo y no deseo volverme a agobiar, como me ocurrió tiempo atrás cuando ese número se disparó tanto que tenía que pasar varias horas sentado ante el ordenador.
Felicidades por tus siete años de vida bloguera, y que puedas cumplir muchos más.
Un abrazo.
A Google Plus le debo el habernos conocido. Eso me lleva a pensar que igual estuvimos el mismo tiempo en esa red social -mes arriba o abajo-, es decir, más o menos unos cinco años (yo la descubrí a finales del verano de 2014 y Google Plus cerró en abril de 2019).
EliminarLo que más me gustaba era la implantación de las "comunidades". Las había de todo tipo: cinéfilas, de videojuegos, de cómics, de música, y, por supuesto, de literatura. Una vez entrabas en "literatura" podías ver en un directorio todas las comunidades disponibles en ese campo, y tú podías entrar a echar un vistazo y, si te gustaba o veías que se adecuaba a tus intereses, solicitabas tu ingreso. También podías entrar mediante la invitación de algún miembro de la comunidad. Yo entré en la mayoría de comunidades por este método, lo que me permitió establecer vínculos con mucha gente que juzgaba interesante mi forma de contar historias. Incluso más de una vez me propusieron participar en algunos juegos o concursos por insistencia de personas con las que había establecido sólidos vínculos, lo que me frenaba a la hora de escaquearme.
También recuerdo todo el asunto de los premios, que consistía en que para promover y promocionar los blogs que nos gustaban otorgabas unos premios virtuales mediante una nominación, luego te llegaba una insignia que debías mostrar en algún lugar visible de tu blog. Al principio eso me agobió un poco, pero luego, con el paso del tiempo, te sentías halagado por las buenas palabras que te dedicaban. Luego la cosa ya se desvirtuó un poco y empezaron los concursos literarios, los libros participativos, los juegos entre blogueros ("escribe un relato a partir de una determinaba frase o premisa, o escribe un relato de x palabras, o que contenga las siguientes tres palabras, etc"). Yo nunca participé en nada de eso, pues mi intención siempre fue la de controlar mi obra y disponer de ella a mi antojo. De hecho, dejé de participar en concursos literarios oficiales por el mismo motivo -aparte de que no gané ni uno solo-, ya que en el 99% de los casos debes ceder tus derechos de la obra presentada en caso de salir premiada, y eso no me permitiría usarla en ninguno de mis libros.
En fin, que hubo muchas cosas buenas y otras no tan buenas, pero, aún así, sigo considerando Google Plus la mejor red social en la que he participado. Y la echo de menos.
Gracias por tu felicitación, Josep. A ver si mi blog se porta y no me da mucho la lata, que ya sabes cómo se las gasta el menda. ; )
Un abrazo.
Un plus en mi vida artística y personal haberte leído y conocido, querido amigo. Qué buenos momentos en esa plataforma ...No dejes de escribir. Te quiero.
ResponderEliminarQué bonitas palabras, Clarita. Comparto el sentimiento. Aún recuerdo la vez que entraste por primera vez en el blog. Fue con un relato mío titulado "Noche de Reyes". Te gustó tanto mi sentido del humor desplegado en aquella pieza que me recomendaste a un autor finlandés de tu agrado llamado Arto Paasilinna y su libro "El año de la liebre". Entonces lo pedí en la biblioteca y lo leí, y me encantó. Luego me hice con un ejemplar de la editorial Anagrama para mi colección. También recuerdo que bromeé con tus iniciales, comparándote con una Sociedad Limitada, y te decía -en broma, por supuesto-, que para mí era todo un honor que una empresa entrase en mi blog y dejase aquellos comentarios tan elogiosos. ¿Lo recuerdas? Y como en la inmortal "Casablanca", aquello fue el inicio de una bonita amistad. ; )
EliminarTe mando un beso y un abrazo, Clara. Y te propongo un trato: yo no dejaré de escribir y tú no dejarás de cantar. ¿Te hace? : )) Besos, HM.