viernes, 30 de diciembre de 2016

CONVERSACIONES CON MI BLOG (otra más)



Hola, blog.
Hola, Pedro. ¿Cómo lo llevas?
Así, así.
Hacía tiempo que no venías por aquí. La semana pasada te estuve esperando hasta última hora, pero no viniste. ¿Pasó algo?
Las fiestas; ya sabes.
Pues no. No sé. ¿Qué ocurre? No me irás a decir que tú también eres uno de esos especímenes que odian la Navidad...
Odiar, lo que se dice odiar, pues no. No odio la Navidad. Digamos que de unos años a esta parte tengo más bien poco que celebrar. Encima este año se nos fue alguien muy importante en la familia y, sinceramente, ver su asiento vacío en la mesa no hacía sino recordarnos lo mucho que lo echábamos de menos.
Piensa en los buenos ratos que compartisteis juntos.
«...y entonces me pregunté si un recuerdo es algo que tienes o es algo que has perdido para siempre».
Bonita frase. ¿Es tuya?
¡Qué va! Es de Woody Allen. La incluyó en su película Otra mujer, con Gena Rowlands en el papel protagonista. Es una frase preciosa. Me encantó desde la primera vez que la escuché.
Pueden ser ambas cosas.
¿Qué?
Los recuerdos. Pueden ser ambas cosas; algo que tienes y algo que has perdido para siempre. Recordar, de alguna forma, significa mantener vivo ese momento vivido. En tu caso, por ejemplo, recordar a tus seres queridos que ya no están con vosotros es una forma de mantenerlos vivos en tu memoria.
Es extraño.
¿Qué es extraño?
Recordar.
¿Por qué?
Porque, dependiendo de tu estado de ánimo, puede hacerte sonreír o provocarte las lágrimas.
¿Por qué eres tan pesimista, tío?
Es mi naturaleza. Además, el pesimismo es un buen carburante para la creatividad. Las personas felices no necesitan evadirse de la realidad para crear mundos nuevos y diferentes. Ellos se limitan a vivir y a disfrutar de lo que les rodea. Sin embargo nosotros, los pesimistas, necesitamos huir de la realidad porque no nos gusta lo que vemos, y ansiamos cambiarlo todo aunque sea en nuestra imaginación. Si yo fuese alguien feliz no escribiría.
Puede que tengas razón.
Créeme, la tengo.
No te lo discuto. Carezco de la capacidad de crear cosas por mí mismo. ¡Soy un blog, por el amor de Steve Jobs!
Ya.
Pero eso no quita para que te dé la brasa con algún consejo.
¿Qué clase de consejo?
Las fiestas, por muchas ausencias que tengas, por mucha tristeza que te provoquen, son un momento ideal para celebrar.
Celebrar qué.
¡Celebrar que estás vivo! ¿Te parece poco? Y celebrar que estás bien de salud, dentro de lo que cabe...y que en tu caso cabe bastante por lo que veo. ¿Has vuelto a engordar, verdad?
Se come mucho en estas fechas. Mucho y mal.
¿Mal? Joder, cualquiera lo diría viendo la pinta de zampabollos que tienes.
Me refiero a que se come en exceso, y en horas poco recomendables. Tampoco haces una vida normal; interrumpes actividades, duermes más de la cuenta, y pasas más tiempo frente a la tele disfrutando de aquello que más te gusta, como tus series y películas favoritas o conciertos y documentales. Y mientras lo haces, no paras de comer y beber cualquier cosa que pilles. En fin, un desastre.
Oh, sí, ¡qué mal se vive comiendo, bebiendo y durmiendo más de la cuenta!
Luego está lo otro.
¿Lo otro? ¿Qué es «lo otro»?
Mi carrera literaria.
¿Qué pasa con tu carrera literaria?
Pues que no termina de despegar. Llevo veintitantos años metido en esto y aún no he conseguido nada ciertamente relevante.
¡Menudos huevazos los tuyos!
Oye, oye, un respeto.
¿Un respeto? ¡Y una leche!
¿Se puede saber qué mosca te ha picado?
¡Eres un quejica de mierda!
No te pases.
Sí. Me paso. Y lo hago porque no te mereces otra cosa. Además, ya estoy harto de que no seas capaz de ver el lado positivo de las cosas. Deberías estar agradecido por todo lo que has conseguido en estos tres últimos años.
¿Conseguido?
Sí, capullo. Conseguido.
¿Y qué he conseguido? A ver, ilustrame.
Lectores, estúpido. Has conseguido lectores. Cientos de ellos. ¿Crees que no reviso las estadísticas de visitas al blog? Además, por si no te has dado cuenta, en los últimos meses tus visitas se han multiplicado. Sobre todo las procedentes de Estados Unidos. Ignoro la razón, la verdad, pero últimamente Estados Unidos es el país que encabeza el ranking de visitas al blog. Igual allí eres una celebridad sin saberlo, como le ocurrió a Homer Simpson en aquel episodio en el que descubrió por casualidad ser toda una celebridad en Japón debido a que su rostro protagonizaba los envases de una popular marca de detergente japonesa (Mr. Sparkle).
¿Quieres decir que igual mi rostro está presente en las cajas de una popular marca de detergente en Estados Unidos?
Sí. «Pedrín Ultra Clean», no te jode.
No te burles.
Lo intento. Pero es que me lo pones a huevo, tío.
Ya.

Lemmy Kilmister, alma máter de Motörhead, y un gran tipo.

Por cierto, un año ya sin Lemmy. ¿Te lo puedes creer?
¿Conoces a Lemmy?
¿A qué viene esa cara? ¡Pues claro que conozco a Lemmy! ¿Acaso te piensas que soy un blog ignorante?
Me sorprendes.
No sé por qué. Al fin y al cabo fui creado a tu imagen y semejanza.
O sea, que tú también eres un amante de la buena música.
No, si te parece soy un amante del puto reguetón, no te jode.
Celebro que lo veas de la misma manera que yo.
Lo de Lemmy viene a cuento porque el otro día te vi visionando en Youtube el vídeo homenaje que le dedicaron los del festival de Wacken, con Phil Campbell y Mikkey Dee saliendo al escenario y dando las gracias a los fans por tantos y tantos años de leal apoyo a Motörhead.
¿Sabes?, no lo conocí en persona, me refiero a Lemmy, pero llevo escuchando su música desde que era un chaval. Me compré el Overkill con 12 años; fue el tercer disco de mi colección, junto al Flick of the switch de AC/DC y el Lick it up de KISS. Lo tengo casi todo de Motörhead, desde On parole hasta Kiss of death, y es una de esas bandas cuya música siempre me ha acompañado. Por eso me resulta emocionante ver el cariño y el respeto que los fans del grupo en todo el mundo le demuestran a la mínima ocasión. Resulta emocionante comprobar que tu trabajo, aquello por lo que has luchado tanto durante toda tu vida, haya dejado huella en mucha más gente de la que puedas llegar a imaginar jamás. Eso sí que no se paga con dinero. Porque el dinero paga las facturas, es cierto, pero lo otro, el cariño, te alegra el alma.
Bonito discurso. ¿Sabes qué hubiese dicho Lemmy de haberlo leído? ¡Menudo nenaza!
Sí, jajajaja.
Dondequiera que se encuentre a buen seguro que estará tomándose un whisky con Coca-Cola mientras echa unas partiditas en su querida tragaperras.
Por cierto, no quisiera olvidarme de Rick Parfitt. Otro gran músico que se nos fue este año.
Una de las diestras más potentes del rock, sin duda.
Hace unos años los vi tocar en Madrid. Me refiero a Status Quo. Tocaron junto a mis amados Deep Purple y Cheap Trick. Fue un concierto memorable.
Cambiando de tema, ¿en qué andas metido? Porque últimamente apenas te dejas caer por aquí.
Es cierto. Ando un poco liado. He vuelto a retomar el proyecto del tercer volumen de relatos de la Antología del absurdo. Con él cerraré un ciclo.
¿Quieres decir que ya no publicarás más libros de la colección Absurdamente?
Así es. Absurdamente. Antología del absurdo Vol.III será el último de la colección. Palabra. Sólo espero no hacer como George Lucas y sacarme dentro de unos años una precuela de debajo de la manga.
Si lo haces, por favor, no cometas el mismo error que él creando un personaje tan irritante como Jar Jar Binks.
Haré lo que pueda. Aunque no puedo prometer nada. Ya sabes que a los escritores, en ocasiones, algunos de nuestros personajes se nos escapan de las manos. No hay más que verte a ti.
¿Insinúas que soy un personaje que se te ha ido de las manos?
No lo insinúo, lo afirmo. De alguna forma extraña has pasado de ser «algo» a ser «alguien». Apenas ejerzo influencia alguna sobre ti. Haces y dices lo que te viene en gana, incluso haces chistes a mi costa. Y yo te lo permito.
¿Que me lo permites? Oye, oye, menos lobos, Caperucita. ¿Acaso te piensas que soy un muñeco al que puedes manejar a tu antojo? ¿Quieres pelea? ¿Eh? ¿Quieres pelea?
No te enteras de nada. No necesito pelearme contigo. El día que me harte de ti pulsaré el botón de «eliminar blog» y listo. Bye, bye. Sayonara, baby.
¿Es una amenaza?
Es una realidad. Sé que debe ser duro para ti aceptar que las cosas son tal y como te las cuento, pero es lo que hay. Dependes de mí, colega. Y no hay nada que puedas hacer al respecto. Desde el momento en que decida que ya he tenido suficiente acabaré contigo sí o sí. Así de sencillo.
No serás capaz.
¡Pues claro que seré capaz! Además, para que lo sepas, mi vida no gira en torno a ti. Mientras no me falten ideas sobre las que escribir sabré salir adelante, independientemente del medio que utilice para divulgar esas ideas. Incluso podría crear un nuevo blog con otro nombre. Así de fácil. Ya ves, será por medios...
¡Qué cabrón...!
Por cierto, ¿sabes qué?
¡¡¡¿Qué?!!!
Pues que tenías razón; conversar contigo me ha levantado el ánimo. ¿Tú no te notas más animado?
Vete a la mierda.


En fin, amigos, este ha sido un año raro, con muchos altibajos, muchas dudas y algún que otro tropiezo. Pero de todo se aprende; de lo bueno y de lo malo.
He cometido errores. Muchos. Y espero haber aprendido de ellos de cara al futuro. Aún me queda mucho por aprender y corregir.
He pasado por momentos en que he pensado seriamente en tirar la toalla, en cerrar el blog y dejarlo correr. Pero algo en mi interior me decía que no debía hacerlo, que no debía rendirme; no ahora. Aún no.
Me ha costado mucho llegar hasta aquí. Ya va para tres años que empecé con esta aventura del blog; sin tener idea de nada, sin conocer a nadie, metiendo la pata hasta el fondo y aprendiendo de mis errores. Y ahí sigo: en pie. ¿Por cuánto tiempo? Ni idea. Mientras que el cuerpo aguante, supongo.
Como digo, este 2016 ha sido un año raro, duro, difícil. Uno de los malos, sin duda. Espero, confío y deseo que 2017 sea algo mejor.

¡Nos vemos el año que viene!

¡2017, allá vamos...!


Rick Parfitt, guitarrista y miembro fundador de Status Quo. Y un buen tipo, también.



12 comentarios:

  1. ¡2017, allá vamos! ¡Muy bien dicho, Pedro! Me da muy buenas vibraciones este año entrante. Que todo sea para bien y tengamos nuevas y muy agradables sorpresas. Un beso y un abrazo desde Valencia, rey!! =)

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    1. Muchas gracias, Evita. Ojalá se cumplan tus buenos augurios. 2016, al menos en mi caso, ha sido un año de mierda. Espero que 2017 sea mejor en todos los sentidos. Lo espero de veras.

      Un beso de vuelta desde la isla de Gran Canaria (España). (Creo que se me olvida algo y no sé el qué...a ver, déjame que piense...uhm...ah, sí, ya lo tengo, ¡¡Un beso, Reina!!). : ))

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  2. Me he pasado el tiempo de lectura de este post asintiendo con la cabeza, menos mal que no disfruto de una de esas melenas heavys, porque también estoy cenando, un arroz blanco con mejillones en salsa de vieira (de lata), (pero gourmet, que aún hay clases)... Lo suscribo todo, el pesimismo es nuestro combustible, los recuerdos..., que nunca los perdamos, así como los errores, escuela de formación 'por las bravas'. Ahora tápale los oídos a... 'ese', yo al mío le regalé el .com, un dominio personalizado, de los baratos (y no es porque uno no pueda, ejem), él contentito, pero no sabe que el día que yo falte, si nadie abona la suscripción... ya sabes. Es que no tengo valor, lo confieso.
    El éxito llegará, ¡mira Mozart!, murió más pobre que una rata, pero ¡hala, ahí lo tienes! Uhm, vale hay mejores ejemplos, pero... ¡se me enfría el arroz!
    MUCHÍSIMOS ÉXITOS en este 2017, más ánimos para celebrarlo y ENHORABUENA y FELICIDADES. Sííí, a los dos.

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    1. Muchas gracias, Don José. ¿Sabe lo que le digo? Pues, ¡qué no daría yo por tener -de nuevo- una melena de ésas que me llegaba hasta los hombros! Pero la edad no perdona, y la calvicie, menos. Menos mal que ahí están mis fotos de cuando gastaba mi melenita tipo Sansón (sin Dalila, claro).

      Arroz blanco con mejillones en salsa de vieira...Uhm. Le confieso no haber probado jamás semejante receta, pero, me la apunto. Tiene buena pinta.

      El artista debe ser, por definición, alguien desencantado con la realidad. Sólo así se explica sus ansias por cambiarlo todo aunque sea a través de su imaginación. Así que en ese sentido, ¡bendito pesimismo! ¿No?

      Lo de agenciarme un dominio propio es algo que aún estoy estudiando. Mi carrera literaria no termina de despegar y, honestamente, si la cosa no mejora sustancialmente mucho me temo que aún tardaré en dar el paso.

      Para mí el verdadero éxito sería poder vivir algún día de lo que más me gusta hacer, que es escribir. Estoy de acuerdo contigo en que quizás Mozart no sea el mejor ejemplo, ya que él sí que disfrutó de un enorme éxito en su vida, llegando a ganar grandes sumas de dinero por sus piezas, y desde bien pequeño, además, siendo un auténtico niño prodigio. Su problema es que lo dilapidó todo en una vida repleta de excesos de todo tipo. Por cierto, "Amadeus" de Milos Forman es una de mis películas favoritas de todos los tiempos. Realmente grandiosa en todos los sentidos, aún asumiendo ciertas "libertades" en cuanto al guión. Pero el cine, ya se sabe...

      Muchísimas gracias por tus buenos deseos, José. Yo también te deseo lo mejor para este nuevo año que está a la vuelta de la esquina (o a la vuelta de una hoja de calendario).

      Un abrazo. Y coma, coma, que se le enfría el arroz, hombre de Dios. : )

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  3. Te deseo un buen 2017, querido Pedro. Yo, honestamente, creo que todos los años traen sus cosas buenas y sus cosas malas, y que está en nosotros saber aprovechar las malas para aprender de ellas: no nos queda otra... Por cierto, me hizo mucha gracia lo de las estadísticas del blog: el mío acaba de ser invadido por lectores rusos!!! ¿Será acaso el efecto Trump?

    Un beso grande y felicidades!

    Fer

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    1. Amiga Fer, lo mismo te deseo, y multiplicado por diez. O por mil. O por mi doscientos cuarenta y seis. ¿Por qué conformarnos con números redondos? Seamos originales. Y divertidos. Sobre todo divertidos, ya que siempre habrá alguien dispuesto a jodernos la existencia. Los capullos abundan como el polvo de ácaro. :P

      Lo de las estadísticas es rigurosamente cierto. De un tiempo a esta parte recibo cientos de visitas diarias procedentes de Estados Unidos. Y no sé por qué. Yo siempre he asociado mi forma de escribir con un estilo decididamente anglosajón. ¿Será por eso? En ese sentido, tú que has leído mis libros y que encima eres profesora de inglés quizás podrías darme alguna explicación en este sentido. Realmente es algo que me tiene bastante intrigado, la verdad. ¿Te imaginas que mis libros se empezaran a vender como rosquillas en EEUU? ¿No sería genial que Oprah Winfrey llegase a recomendar cualquiera de mis libros en su show de la tele? Me haría de oro. ¿Te imaginas un Pedrín de oro macizo? Sería la leche. ;)

      ¿En serio te leen de Rusia? Uhm, interesante.

      "¿Has leído eso, Tovarich? Apunta: "investigar" a la camarada Fer, a ver qué trama en su blog".


      Otro beso grande para ti, Fer. Y mis mejores deseos para ti y los tuyos de cara a 2017.

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  6. ¿Has visto, Pedro? Ni bien lo nombré a Trump, se me publicó el mismo comentario por triplicado... Disculpa: intentaré solucionarlo ;)!

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    1. Ya sabes lo que dicen: "Al diablo, ni mentarlo". ; )

      Un beso, Fer. : )

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  7. Me has dejado un poco alicaído, amigo Pedro. He visto o, mejor dicho, notado, un poso muy gordo de tristeza y desaliento en tus palabras. Los años en los que perdemos a un ser querido son, sin duda, los más duros y estas fechas se convierten en una espina que se nos clava en el corazón cada vez que alguien nos desea que las pasemos felices.
    En otro orden de cosas, también cuando uno pone mucha ilusión en un proyecto y no sale como era de desear, nos duele pero -ahora no se me ocurre ninguna de esas frases brillantes para la ocasión- cuando uno cae no nos queda más remedio que levantarnos y seguir "palante".
    Yo también he llegado a plantearme dejar de escribir e incluso me he reprochado haber puesto tanto empeño e ilusión en publicar un libro para nada. Pero, qué caramba, me gusta escribir, creo que no lo hago mal, y hay a quien le gusta lo que cuento y cómo lo cuento. Pues entonces lo seguiré haciendo por mí y por esos pocos pero fieles seguidores. Pues tú deberías aplicarte el cuento, o la lección, o como se diga.
    Creo que no te he llegado a contar la última: mi mujer tiene más bien poco sentido del humor y al hablarle de ti y de tus libros sentía curiosidad por leerlos. Por fin lo hizo hace muy poco. Yo temía que no le gustasen tus historias, porque, como digo, es muy racional y no le gusta el humor "absurdo". Pues bien, cuando empezó la lectura de tu primer libro, al principio no decía nada. Cuando la miraba de reojo, para ver su expresión (leemos en la cama, uno al lado del otro,lógicamente) le veía una cara imperturbable, muestra de que aquello no funcionaba. Pero al rato, empecé a oír un je, je. Al cabo de otro rato, jejeje. !Y se hizo el milagro! !Eres un genio! !Has hecho reír a mi mujer! Y eso, amigo, no tiene precio.
    En fin, intenta pasártelo bien tomándote una copa de cava (a poder ser catalán) o de lo que sea y las doce uvas. Seamos un poco supersticiosos, o crédulos, o infantiles, por un momento, y un poco absurdos también. Y pensemos que el año próximo será mucho mejor y que se harán realidad nuestros sueños.
    Un fuerte abrazo, amigo, y espero que vuelvas a hacerme reír en la próxima entrada del 2017.

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    1. Amigo Josep. ¿Sabes porqué aún no te tirado la toalla? Por personas como tú.

      Como ya he dejado reflejado en el post, este último año ha sido especialmente duro para mí. Por muchas razones; algunas relacionadas con el blog y mi carrera literaria y otras de cariz más personal. Si a eso le sumas mi más que evidente torpeza a la hora de moverme por las redes sociales (entre tú y yo: son un coñazo. ¡Más que mi blog!, imagínate), ya puedes hacerte una idea de los niveles de frustración y abatimiento en los que me he movido para llegar a plantearme la posibilidad de mandarlo todo al carajo.

      Tú, como autor autopublicado, sabes al igual que yo lo que conlleva la publicación de un libro. La de horas y horas y horas de duro trabajo de corrección y maquetación que trae consigo el querer ofrecer al público un producto de calidad. Porque nosotros antes que autores somos lectores, y si algo detestamos en grado sumo (al menos yo) es pagar por algo mal escrito, mal maquetado y editado de cualquier manera. Esa es la razón por la que cada uno de mis libros me ha llevado entre ocho y diez meses de dedicada (y obsesiva) gestación. Respeto demasiado a los lectores y me respeto demasiado a mí mismo como para editar un libro de cualquier manera.

      Luego viene lo más duro: venderlo. Y para eso tienes que saber de marketing, de redes sociales, de SEO, de informática y hasta de ingeniería cuántica; y echarle más horas que un tonto para llegar al mayor número de posibles compradores. Pero claro, todo eso tienes que hacerlo de manera que no resultes intrusivo, ni demasiado agresivo, ni demasiado desesperado; en otras palabras: evitar ser un escritor-coñazo. O sea, la leche.

      Hace poco hablaba con una colega escritora de lo mucho que echábamos de menos la visión romántica del escritor ermitaño, aquel que se pasaba los días y las noches encerrado en su estudio dándole a la tecla, rodeado de estanterías con libros y con su mesa de trabajo repleta de papeles y apuntes dispuestos en caótico desorden. De algunos ni siquiera sabíamos cómo eran físicamente, pues apenas se dejaban ver en actos sociales (algo que en algunos casos casi era de agradecer). Se limitaban a escribir y entregar su trabajo al editor de turno, dentro o fuera de plazo. Punto.

      Yo siempre quise ser uno de esos tíos. Uno de esos tipos que es feliz creando mundos imposibles en la soledad de su estudio, sin más preocupación que la de dedicarse a escribir y vivir de lo que escribe. Pero eso ya es imposible. Hoy, si no te sabes mover en las redes, o si no tienes capacidad económica para que otros lo hagan por ti mediante la contratación de expertos en marketing digital y todas esas mierdas, vas listo. Y yo ni me sé mover en las redes ni dispongo de pasta para contratar a un experto en marketing, así que voy listo.

      Antes te decía que una de las razones por las que aún no he tirado la toalla sois vosotros, mis amigos y lectores. Sois pocos, pero leales. Y esa lealtad hace que aún siga al pie del cañón, dándolo todo en cada cosa que decida publicar. ¿Por cuánto tiempo? No lo sé. Todo dependerá de si me veo con ganas y con fuerzas para seguir intentándolo a pesar de.

      Por favor, Josep, hazle llegar a tu esposa mi más sincero agradecimiento. No concibo mayor estímulo para mí en estos momentos que saber que algo que he escrito ha hecho feliz a alguien.

      Y a ti, Josep, no sé si te lo he dicho en alguna de las veces en que hemos intercambiado mensajes por aquí o en privado, pero, por si no te lo he dicho antes, permíteme decirte que eres un gran tipo. Buena gente, sí señor.

      Gracias por tus buenos deseos, Josep. Lo mismo te deseo para ti y los tuyos: paz, amor y felicidad para este 2017. Un fuerte abrazo, amigo. Seguimos en contacto.

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